Tribuna
de Opinión
“VERY GROSSO”
Por
Pepe Eliaschev
Derrota
calamitosa. No hay manera de ocultarla. Anoche fue la peor de las noches para
el Gobierno. Fue también el punto final. El gobierno de Cristina Kirchner tiene
ahora por delante lo que le queda: dos años y cuatro meses, habida cuenta de
que su mandato se complete sin alteraciones, lo cual es indispensable. Lo que
le paso al Gobierno en la provincia de Buenos Aires es una pesadilla. Aporto mi
mirada eslabonada en episodios que configuran un escenario coherente.
1.-
El kirchnerismo perdió la provincia de Buenos Aires y el 27 de octubre será
todavía peor. Los números son concluyentes. Si en 2009 la diferencia en contra
de Néstor Kirchner fue dura pero decente, lo de este domingo fue una brecha
imponente en contra de la Casa Rosada;
2.-
El kirchnerismo fue barrido, además, en cuatro distritos clave. Santa Fe (el
tercer puesto de Jorge Obeid fue humillante), Córdoba (el cuarto puesto de
Carolina Scotto fue atroz) y Mendoza (la nueva coronación de Julio Cobos tiene
que haberle sabido a hiel a Cristina);
3.-
Con sus asombrosas victorias y/o buenos resultados en varias provincias (Jujuy,
Santa Cruz, Corrientes, La Rioja, Mendoza, Formosa), el radicalismo ha
regresado a la condición de segundo partido nacional más importante;
4.-
En comparación con sus anteriores logros, Mauricio Macri hizo una elección
apenas pasable en la Capital Federal, su baluarte. Si se compara el poco más
del 31 por ciento de Gabriela Michetti este domingo con el más del 64 por
ciento del triunfo plebiscitario de 2011, se advierte una innegable fatiga de
material. Enfrenta ahora una parada bravísima con UNEN, cuyas diversas fórmulas
suman no menos del 30 por ciento, en el caso de que todos voten las listas
encabezadas por Solanas y Carrió en octubre;
5.-
PRO ha hecho excelentes elecciones, sin embargo, en otras provincias: segundo
en Santa Fe con Miguel del Sel y tercero en Córdoba con Ramón Baldassi, en
ambos casos pegándole duramente al kirchnerismo. PRO sale de este domingo
instalada como una fuerza que ya abandonó el cascaron porteño;
6.-
La consolidación del eje socialista-radical en Santa Fe es impecable, más allá
de todos los vaticinios. A pesar de muchos medios de comunicación empeñados
incomprensiblemente en negarlo, en Santa Fe gobierna y triunfa no “el
socialismo” a secas, sino una alianza cohesiva y dura entre socialistas,
radicales, cívicos y fuerzas menores;
7.-
La situación de Daniel Scioli es poco menos que desesperante a la luz de los
resultados. ¿Qué necesidad tuvo de hacer lo que hizo al entregarse totalmente a
Cristina? Con el triunfo fehaciente de Sergio Massa, el gobernador queda ahora
a merced de la intemperie. Pronóstico sombrío;
8.-
No se construye desde el puro artificio. Lo de Martín Insaurralde fue contra
natura y así les salió. Intentaron modificar el perfil beligerante y agresivo
del oficialismo en pocas semanas de ternura impostada y el resultado está a la
vista. Los intendentes que hasta ayer no se habían fugado rumbo a Massa ya
están haciendo cola para ser sus vasallos;
9.-
Lo que UNEN ha producido es valioso y notable. Si la convergencia se preserva y
prospera, ha nacido en el eje Capital/Provincia una nueva posibilidad para que
el centro izquierda recupere la valencia nacional perdida en 2001; ha logrado
en efecto un 32/35 por ciento de los votos de la ciudad;
10.-
El desempeño del kirchnerismo en la Capital Federal fue previsiblemente
mediocre. Daniel Filmus y Juan Cabandié no podrían haberlo hecho mejor, pero
que el 80 por ciento de la ciudad de Buenos Aires repudie al Gobierno central
no es un asunto menor;
11.-
El discurso de medianoche de Cristina Kirchner fue asombroso: no hubo derrota,
nada hay que reflexionar, no se trata de escuchar. No quiso, no pudo y no supo
dar cuenta de que en “la” provincia de Buenos Aires su tropa quedo rezagada en
seis puntos del victorioso Massa. Imponente acto de negación: aquí no pasó
nada, la derrota fue una victoria y ella se considera a la cabeza de David
contra el poderoso Goliat de una Argentina que cambió y ella y sus seguidores
no pretenden admitir. Sarcástica, confundida y petulante como siempre,
arrullada por su Juancito, sus Daniel, su Martín y su Florencio, se mostró tal
cual es, alguien poseído por un bloqueo mental imponente.
Viene
ahora lo más difícil y tal vez lo más doloroso: cómo llegará el Gobierno a
octubre y cómo organizará su bienio final, sin sucesión ni chances de pelearla.
Massa habló con el lenguaje que peor le cae al orgulloso y altivo kirchnerismo
en permanente impostación guerrera: armonía, paz, concordia, futuro, paz, basta
de confrontación, dejar atrás el pasado, dar vuelta la página. ¿Qué duda cabe?
El de ayer, domingo 11 de agosto de 2013, fue un día luminoso para millones de
argentinos hartos de estar hartos.
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