UNA
FALTA DE ENTUSIASMO GENERALIZADO
Pasó
una campaña política más de las quince (incluyendo las pasadas primarias
abiertas) que nos ocurrieron a los argentinos desde 1983 a la fecha. Es la
primera vez que se nota en la población en general una falta de entusiasmo, de
movilización, de comentarios de esquina que tengan alguna relación con el tema;
la gente está preocupada por otros temas que le tocan de cerca, los que no
forman parte del relato de los políticos, salvo “inflación” y “seguridad” que
están en boca de los opositores sin excepción.
Entre
Ríos no escapa a esta realidad, aunque se enriquece para el oficialismo la
mirada por sobre el hombro de octubre/2013 porque aspiran a una proyección
hacia el plano nacional de Sergio Urribarri.
No
hace falta ser politólogo para darse cuenta que esta elección se ha colocado
como termómetro para ese propósito, desfigurando lo que en realidad se estará eligiendo
– legisladores nacionales – para colocar la imagen del gobernador por sobre
todos los que en realidad tienen una posibilidad para acceder a una banca para
el Congreso Nacional.
Es
una estrategia audaz si se quiere, legitimada por las leyes electorales, aunque
con la incertidumbre de lo que quieren hacer los electores, los que tendrán la
palabra el domingo – tenuemente – y en octubre cuando se elija de verdad.
No
deja de ser un riego para el gobierno provincial realizar esta jugada ya que
necesita poner un rotundo porcentaje que supere el 48/50% del total de votos
emitidos si quiere mostrar algo con
proyección para destacar en el plano nacional. De no ser así se puede
considerar el resultado como fracaso por parte de la prensa porteña y la jugada
por quedar neutralizada, sino desestimada definitivamente. Las mediciones para
Urribarri son buenísimas sólo que hace falta comprobar en los cuarto oscuros si
eso se traduce en votos, cuando la mayoría sabe que nunca dejará la gobernación
para irse al Congreso Nacional a ocupar una banca como senador.
Por
eso estas elecciones primarias ya fueron interpretadas por el sentir popular y
no concitan el mínimo interés; los votantes es muy probable que concurran en
una relativa cantidad porque la ley obliga y no es de extrañarse que entre hoy
y el sábado nos inunden con amenazas desde el Ministerio del Interior con
sanciones para los que no concurran a votar a los fines de asegurar una mínima
de electores que supere el 66/70% del total del padrón.
Es
que se elige candidatos para estar en las legislativas de octubre.
Otro
dilema que habrá de develarse el domingo por la noche es hacia donde se dirige
la opinión e interpretación de los ciudadanos sobre estas elecciones primarias;
ningún encuestador ha podido determinar hasta ahora si se pondrá en la balanza
la imagen de Cristina, la de Urribarri y la de los jefes comunales, si alguno de
los tres será fiel o contrapeso o – por el contrario – habrá un equilibrio en
esta terna de evaluación.
Faltan
pocas horas para saber cómo se encaminarán las cosas hacia octubre, incluso en
ese camino de diez semanas puede haber algunas reacciones que modifiquen en
algo los resultados de entrenamiento del 11 de agosto.
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