Lo que está ocurriendo en nuestra ciudad es sumamente grave desde todo punto de vista.
Más allá de lo discutible que puede ser la medida extrema adoptada por la maestra jardinera Susana Bustamante, las autoridades municipales ya tendrían que dar un corte a la situación haciendo una revisión de la medida adoptada en perjuicio de una empleada con catorce años de antigüedad.
Es lamentable – y propio del controvertido asesor Del Vecchio – lo que ha tratado de hacer para justificar la medida ilegal de suspenderla hasta marzo/2013. Trató de insinuar que esta maestra jardinera había tenido actitudes reprochables para con los niños que atiende, sólo en el afán de justificar lo injustificable. Este personaje no tiene el más mínimo criterio para hacer esas expresiones a título de salvar el grueso error cometido que no tiene otra motivación que la “persecuta” por razones extra laborales; él mismo lo afirmó a la damnificada cuando le dijo que sólo ellos están para hacer política y para hacer declaraciones públicas.
El estado es el primero que debe cumplir con las leyes laborales y – en este caso – debe blanquear la situación de la empleada porque ya no hay justificativo que la prive de un derecho adquirido en catorce años de prestaciones, que han venido siendo abonadas sucesivamente con “chirolas”, cuando en realidad deberían cumplir con el convenio suscripto con la provincia respecto a este servicio a la niñez. El hecho de ser maestra jardinera exime de todo comentario respecto a la calificación laboral; el municipio de respetar la categorización del personal ya que no es lo mismo el que junta la basura, el que cava zanjas, el que maneja una retroexcavadora, o la empleada calificada para ejercer como maestra; para todo hay una calificación laboral en cualquier área y sea particular o estatal.
Ese es el reclamo puntual de esta empleada. No hay nada reprochable al reclamar por un derecho adquirido. No es excusa la situación de otros tantos que están trabajando de manera irregular en nuestra municipalidad., a los que habrá que poner “en blanco” de manera progresiva porque es lo que corresponde, máxime cuando se habla de “justicialismo” desde las autoridades que conducen nuestro municipio.
Esperamos que prime el sentido común y que se dejen de lado las “venganzas” cargadas de infantilismo que vienen desde el intendente, un chico falto total de experiencia laboral – porque nunca trabajó – y falto de aptitudes para estar al frente de una comuna conduciendo personal. Las broncas deben dejarse en casa y hay que respetar el derecho de los subordinados, en este caso, de una maestra que reclama por lo suyo, por lo que ha adquirido en sus años al servicio de la comuna.
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