lunes, 6 de septiembre de 2010

LAMENTABLE:

AUSENCIA TOTAL
DE AUTORIDADES MUNICIPALES
Fue muy comentada ayer la ausencia total de las autoridades municipales en la Fiesta del Inmigrante. Tanto del Ejecutivo Municipal como del H. Concejo Deliberante no se vio a nadie que acuda, al menos por un rato, para colaborar con el esfuerzo de los organizadores.
Realmente es lamentable la ausencia oficial en una fiesta que simboliza los orígenes de nuestra zona, una región que se caracterizó por el laboreo del campo en tiempos que no había "comodity's" internacionales ni 4x4.
Bien se merecen los gringos anónimos que regaron con sudor el surco fértil de la siembra el reconocimiento del estado municipal que no puede ignorar sus orígenes ni su propia idiosincracia.
La Colonia "3 de Febrero" no es solo un nombre tomado al azar, ni un apéndice de San Benito como algunos creen.
Es la síntesis de cientos de "gringos" esforzados, que renunciaron a su propio arraigo en la lejana región septentrional austriaca, para clavar la reja del arado en las tierras feraces del Sauce y mostrarle a propios y extraños el rinde extraordinario de cada cosecha. Así pusieron su grano de arena para que Argentina se constituyera rápidamente en el granero del mundo desde fines del siglo XIX.
Es la razón de existir de este pueblo que honra al santo del trabajo y la oración. Bien estuvo el cura Tobar al recordarlo en su alocución cuando puso énfasis en la fe cristiana de los extranjeros que poblaron nuestras chacras porque de sus creencias nació este pueblo. Alrededor de la nueva capilla inaugurada el 21 de marzo de 1888 comenzó a generarse el caserío original de nuestra ciudad. Gracias al cura Garavaso tuvimos la primera escuela en terrenos de la nueva capilla.
Gracias a esa fe cristiana hubo educación, hubo formación, hubo seguridad, hubo crecimiento en el respeto y hubo respeto mutuo. Así crecieron miles y miles de hombres y mujeres que echaron cimientos en el ir y venir de 131 años de existencia. Negar esto es como negar nuestra propia existencia.
Pese a esta historia tan rica de nuestros antepasados, desde el estado municipal se prefiere dar el debate si un paseo público deber honrar el propio ego del intendente, antes que honrar por lo menos haciendo acto de presencia nuestra historia lugareña, que tiene en cada una de sus páginas muestras inequívocas del esfuerzo cotidiano.

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