La prestación de los servicios elementales de nuestro municipio son realizados de la manera más precaria por unidades destrozadas, que funcionan gracias al esfuerzo del personal que trabaja a destajo en nuestra comuna, pagado de manera miserable; cobran alrededor de cinco pesos la hora, cuando por la msima tarea en Colonia Avellaneda se les paga entre ocho y diez pesos la hora. La excusa es que no hay dinero para pagarles más.
Mientras el personal que junta la basura se ajusta el cinturón para sobrevivir con un paupérrimo salario, tratando de hacer funcionar la chatarra municipal, el jefe de servicios públicos municipales se las ingenia para ahorrar monedita tras monedita de su salario municipal y cambiar la motito por este flamante coche. Es ejemplo digno de imitar.
¿O NO?
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