EL SÍNDROME DE LAS REELECCIONES
SEGUNDAS GESTIONES: SON MALAS…Y SON MALAS
El gobernador Urribarri termina de lanzar letras por167 millones de pesos porque “la vaca no da más leche”; desde Buenos Aires hace tiempo que ya le avisaron que la fiesta se terminó y hay que ajustarse la cincha.
Transcribimos parte de la editorial de
Jaime Rosemberg
de “La Nación” del pasado domingo:
“Su presencia es ya un clásico en la primera fila de cada acto público organizado por la Casa Rosada, como el miércoles último en el tercer aniversario de la ley de medios. Es, además, uno de los mandatarios provinciales que más horas de vuelos internacionales compartieron con la Presidenta. Fue anfitrión de la primera mandataria en doce ocasiones desde 2007, sin privarse de regalos tan polémicos como aquel collar de relucientes perlas que le entregó en esta ciudad hace tres años.
Pero al gobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarri, no parece alcanzarle tanta constante muestra de lealtad al kirchnerismo. El mejor alumno de la actual gestión, siempre presente en la lista de eventuales integrantes de fórmula presidencial K en 2015, tiene a estas horas serios problemas de caja, cuantiosas deudas acumuladas, dependencia casi absoluta de la Nación en materia presupuestaria, conflictos gremiales en aumento y una revuelta universitaria contra su propuesta de creación de la Universidad Fermín Chávez en reemplazo de la exitosa Universidad Autónoma de Entre Ríos (Uader).
Sin reelección posible, y mientras espera una ayuda de la Casa Rosada que parece no estar disponible, su respuesta hasta ahora ha sido una fuerte suba de impuestos, el férreo control de la prensa a través de la publicidad oficial y la cooptación de intendentes y diputados de la raquítica oposición radical y de disidentes peronistas en la provincia.
Ajeno a las críticas, y a caballo de su abrumadora mayoría legislativa, Urribarri se propone en los próximos meses revalorizar en la provincia la popular figura del prócer José Gervasio Artigas. Promete además avanzar en ambiciosos proyectos de obra pública, como un moderno hospital, del que hoy sólo pueden verse los cimientos, y un megaestadio de fútbol en Paraná, que hoy parece frenado por la dificultad "para conseguir inversores", según reconocen voceros de la gobernación.
En principio, los números provinciales parecen desmentir la siempre optimista visión del gobernador. Según la consultora Economía y Regiones y datos de fuentes oficiales, un 73 por ciento de los fondos con los que cuenta la provincia proviene de la Nación. Un déficit permanente de alrededor de $ 600 millones; una deuda pública de $ 4412,9 millones, y una deuda flotante de cerca de $ 2000 millones son los números que distintos dirigentes de la oposición, como el radical Atilio Benedetti y el ex gobernador peronista Jorge Busti, esgrimen como principales razones de la crítica. "Estamos lejos de vivir en el paraíso", afirma Benedetti, diputado y ex candidato derrotado ampliamente por Urribarri en las elecciones del año último. "La genuflexión del gobernador rinde poco a los entrerrianos; la provincia está en estado de asfixia creciente", agregó
Coincidió con Busti al recordar las dos emisiones de Letras del Tesoro que Urribarri ordenó en lo que va de su segundo mandato, y en los títulos de deuda que el gobernador estaría por lanzar en las próximas semanas. "Toma deuda para tapar agujeros. Y hace lo que no se debe: tomar deuda para pagar gastos en lugar de usarlos para obras", dice Busti, datos en mano y sin ocultar su enojo hacia quien impulsó "cuando medía dos puntos" como candidato en 2007.
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