Tribuna de Opinión
Por Aníbal González Comas
Parece mentira que ya hayan pasado doce meses desde aquel domingo por la noche cuando los argentinos recibíamos informaciones de todas partes confirmando lo que los encuestadores habían adelantado. El triunfo de la ‘ola Cristina’ se había concretado y el sistema le había permitido introducir una abrumadora mayoría en el Congreso Nacional.
Todo era festejo en el oficialismo. El pueblo argentino en un 54% celebraba dar continuidad al proyecto “K” que quería profundizarse.
Nosotros no estábamos ausentes de esa realidad y en San Benito una caravana paseaba en horas de la noche por las calles de la ciudad anunciando las buenas nuevas de una elección que se llevó todas las pretensiones opositoras en la corriente originada por el efecto “Cristina”.
Nadie sospechaba –todavía –lo que ocurriría con el correr de los días, cuando hubiera que comenzar con un período de gobierno local bajo una mascarada democrática que – en la realidad – era un mini estado feudal bajo el dominio casi absoluto de un personaje que dejaba el pergamino habilitante de Presidente Municipal pero que continuaba siéndolo de hecho.
Y comenzó un nuevo período (no lo quiero llamar gestión porque ella en realidad no existe) con un ensayo que pretendía tener un testaferro manejando nuestro gobierno.
Pasaron doce meses.
¡A la prueba me remito: Un fracaso total!
Lamentable para los electores que no sabían o no se imaginaban lo que iba a ocurrir. Nosotros no supimos explicarlo pero sabíamos lo que iba a ocurrir; sin ser profetas teníamos algo de experiencia y habíamos indagado acerca de algunas experiencias similares y todo indicaba que ocurriría algo parecido.
¡Un fracaso total!
¿Hoy qué podemos exhibir los sanbenitenses?
Un gobierno inexistente…una falta absoluta de obra pública propia…un desorden administrativo preocupante…una inmunidad manifiesta para el dinero que se recauda y que va a parar a los bolsillos de los funcionarios…superposición de órdenes todos los días…y un intendente sustituto que viene dos o tres horas a la ciudad porque…¡tiene que estudiar!...por lo tanto es conveniente no molestarlo.
Este despelote es la que hay para mostrar del primer año de gobierno local.
Felizmente - sea por el motivo que fuere – hubo una ruptura política entre el Dto. Ejecutivo y el Presidente del H. C. Deliberante lo que originó un mejor contralor que redunda en beneficio del sistema.
Ya se puede mostrar a un grupo de concejales con autonomía y con deseos de ejercer sus funciones sin que nadie les indique lo que deben decidir y eso es muy saludable para la salud institucional. Algo nuevoalo que conocimos de antes, esos mercaderes que negociaban para ellos a título de concejales, que más bien eran "comensales" de la mesa oficial.
Esto es lo único que podemos rescatar…en lo demás, el ensayo de tener un títere como intendente para manejarlo desde afuera ha sido vergonzante, bochornoso.
Ya perdimos un año y…de no mediar una reacción popular, perderemos tres años más.
¡Una lástima para el futuro de nuestros hijos, de nuestros nietos!
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