domingo, 3 de octubre de 2010

QUIÉN SE HARÁ CARGO DE FUTURAS DEMANDAS?

LOS PROPIETARIOS TIENEN DERECHO A PEDIR RESARCIMIENTO
La instalación de antenas de telefonía móvil produce otros efectos, que nacen de la información que le llega a la población a través de los medios de comunicación acerca de los efectos perjudiciales de las antenas. Poco a poco se va tomando conciencia del peligro al que se exponen en las cercanías de estas instalaciones.
El efecto colateral más importante se produce en el valor de la propiedad inmobiliaria, ya que cualquiera que esté en conocimiento del tema en el futuro pensará dos veces antes de adquirir un terreno en cercanías de esta antena que se está instalando en San Benito.
En tribunales de EEUU ya hay antecedentes respecto al perjuicio que ocasionan estas antenas: "Si el miedo tiene fundamento científico o no, es irrelevante, ya que la cuestión central es el impacto en el valor de mercado. Los efectos adversos para la salud no son el punto en estos casos: El asunto es la completa indemnización al propietario por la pérdida del valor de su propiedad".
"La cuestión no es si la radiación electromagnética es o no peligrosa, sino la percepción pública del peligro que puede tener efectos devaluadores del precio de la propiedad". Dado que la telefonía móvil es un fenómeno relativamente reciente, no existen todavía muchos estudios sobre los efectos en el mercado inmobiliario de la instalación de estas antenas. Pero existen numerosos estudios realizados en Estados Unidos en los últimos años, y que se refieren a viviendas cercanas a líneas eléctricas. Las conclusiones de estos estudios se pueden aplicar totalmente a las antenas de telefonía móvil, y ello porque existen una serie de elementos comunes, que de coincidir, producen un claro efecto en el mercado inmobiliario.
En San Benito hemos comprado un problema innecesario por obra y gracia de un gobierno totalitario (porque su concejo deliberante es afín al gobierno de turno en su totalidad), que viene tomando decisiones inconsultas al mejor estilo chavista (de desprecio hacia quiénes tienen el derecho adquirido de opinar en disidencia con el poder gobernante).
Desgraciadamente, cuando comiencen a darse las demandas estos administradores ya no estarán y otros deberán hacerse cargo de los desaciertos que se pudieron evitar.

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