Llamativo aumento de enfermedades graves en San Pablo
Publicado en El Periodico Tucuman el 07 de Octubre de 2010
“Los vecinos de San Pablo (Tucumán) parecen condenados a morir. Aunque suena fuerte la afirmación que uno lee, en esa comunidad se hace, ya que gracias a los beneficios de una comuna que prefiere mirar para otro lado antes defender el bien más preciado que tiene, la vida de sus habitantes comienza a deteriorarse de manera alarmante.
Daniel Rivadeneira es un vecino del lugar. El 1 de Enero de 2007 sin saberlo su vida cambio para siempre. Ese día se enfermó su hijo Yusseff. Los médicos no lograban diagnnosticar cuál era la enfermedad del pequeño y lo sometieron a una serie de análisis hasta que lo derivaron al hospital de Niños. Allí le confirmaron que tenía leucemia. Ante semejante diagnóstico su padre decidió averiguar que podría haber causado tremenda enfermedad a su pequeño. Meses después obtuvo la respuesta. En el año 2004, se había instalado frente a su domicilio una antena de telefonía celular. Indagando más conoció que la misma con anterioridad había intentado ser instalada en Yerba Buena, pero una fuerte manifestación de vecinos logró rechazar esa posibilidad, por lo que finalmente derivó en San Pablo, donde no tan solo no tuvo resistencia sino que además contó con el beneplácito de las autoridades de esa comuna. Conversando con sus vecinos Rivadeneira advirtió que llamativamente los casos de cáncer, leucemia, hipertensión sanguínea, trastornos del sueño, más reiterados casos de abortos no deseados se habían incrementado de manera considerable, primero en la población que se encuentra a 400 metros a la redonda y después también se ve afectada gente que vive hasta 1000 metros de la antena. Los números hablan por si solos. Desde que se instaló la antena, en el año 2004, en San Pablo ya superaron los 90 casos de cáncer, un número terriblemente significativo para una comunidad pequeña. Es claro y estudios científicos también lo han comprobado que la radiación electromagnética que emiten las antenas de telefonía celular es terriblemente dañina para la población, y lo grave es que las están dejando instalar en cualquier lugar. Curiosamente la legislación indica que no pueden instalarse a menos de 400 metros de un local escolar, pero nada dice en el caso de las viviendas particulares, por lo cual, y es el en la mayoría de los casos se instalan al lado de viviendas familiares donde los mismos chicos que van a la escuela están expuestos a este tipo de radiación.Las compañías de telefonía celular son gigantes económicos con la mayor expansión en estos últimos años. El mercado ha crecido de tal manera que necesitan imperiosamente multiplicar la cantidad de antenas para poder mantener en pie la inmensa demanda diaria. En distintas zonas de Buenos Aires han llegado a ofrecer hasta mil doscientos dólares a cada vecino, para que permitan la instalación de las antenas en zonas claves. Eso en Tucumán es totalmente gratuito. Ni siquiera hay una retribución social por las enfermedades que causan a las víctimas de semejante flagelo.
A todo esto la pasividad de las autoridades tucumanas es alarmante. La única herramienta legal con que cuentan los vecinos de San Pablo a pesar de sus reclamos, es una recomendación que data de Mayo del 2007 de parte del Defensor del Pueblo. En la misma, después de haber realizado varios estudios y advirtiendo que las antenas fueron instaladas si contar con el certificado de aptitud ambiental, les recomendaba a las autoridades provinciales y comunales que de manera urgente se retire las antenas de telefonía celular. Sin embargo hasta el día de hoy nadie ha hecho absolutamente nada. Parecería que la vida no les importara. Varios años han pasado y los enfermos de cáncer aumentan considerablemente. En el momento en que la Defensoría del Pueblo emitió la Resolución, en la zona había 74 personas afectadas. Hoy a tres años de no haber la cumplido, la cantidad de casos supera los 90”.
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