Una joven argentina se exilia en España y, para obtener la ciudadanía, acepta casarse en Madrid con Manolo, un torero.
Manolo está muy enamorado de la bella criollita, pero es muy conservador y en la noche de bodas se decepciona profundamente cuando comprueba que la muchacha no era virgen.
Muy enojado le reclama:
- ¿Por qué no me dijiste que no eras virgen?
A lo cual ella le reprocha:
- ¿Por que no me dijiste que tenías un solo testículo?
El torero, entonces, le responde indignado:
- ¡Mujer, que lo mío fue una cogida!!!
- ¿ Y qué crees que fue lo mío?... ¿Una pedrada???
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