MIENTRAS DISCUTEN POR MATRIMONIO GAY

¡NO HAY MANGO QUE ALCANCE!!!

Los argentinos somos geniales. Cuando la sociedad en general hace maravillas para llegar a fin de mes con los magros sueldos de bolsillo, cuando la inflación nos castiga con saña, cuando la seguridad no tiene soluciones de fondo, cuando el federalismo ha sido “cajoneado hasta nuevo aviso”, la nación debate a través de nuestros representantes si debe haber matrimonio gay, si debe ser unión civil y otras tantas cortinas de humo que esconden la realidad nacional.
El gobierno nacional instaló el debate con una intencionalidad política manifiesta. Está claro que el estilo K (chavismo en degeneración) en esta instancia muestra sus uñas afiladas al trasladar un debate fuera de tiempo, cuando nuestras prioridades son otras totalmente distantes a esta discusión.
Pero la fragmentación de nuestra sociedad con este tema se agudiza nuevamente y esa es una conquista del proyecto K. Eso es lo que persiguen. Nunca se habían preocupado por estos “derechos” en el gobierno de los K y ahora aparecen instalando este debate “tomado de los pelos”, confundiéndonos a todos.

La homosexualidad existe, no se discute. Cada cual elige su sexualidad, no se discute. Pueden convivir en absoluta libertad, no se discute.
Primero tenemos que reconocer que nadie nace homosexual, esto está demostrado científicamente. Se hace que es distinto. Se hace por mil razones, en las que juegan una incidencia importante los propios padres. La transformación no es graciosa, tiene una veta de contradicción, de desquite, de bronca contenida.
Por otra parte el matrimonio se enlaza en un hecho propio de la naturaleza: la procreación. Para ello son necesarios ambos sexos.
La discusión que no se encuadre dentro de estos parámetros es inocua. Introducir la cuestión dialéctica de que el derecho es igual para todos es tomarnos el pelo. Nadie niega el derecho a la homosexualidad.
En principio matrimonio etimológicamente deriva de la expresión “Matri monium”, palabra compuesta que significa Mater, Madre y el sufijo Monium, Calidad de o Derecho a; para los romanos significó el derecho que la mujer adquiría al contraerlo para poder ser una madre legal, fundamentados en la capacidad legal del marido de ser padre legítimo, con plena capacidad legal sobre ellos.
De esta manera la institución social del matrimonio crea el vínculo conyugal entre sus miembros, permitiendo legitimar la filiación de los hijos procreados.
Así ha sido hasta estos días, pero han comenzado a hacerse moderaciones que se adecuan a la realidad de cada país o región de acuerdo a sus costumbres.
Como no se puede negar que la unión de parejas del mismo sexo existe, creo que en nuestro país se debería legislar en función de esa realidad, dándole una forma parecida a la de “Sociedad de Convivencia”, para evitar este avance sobre costumbres enraizadas de nuestra sociedad, con una influencia religiosa innegable, que terminan colisionando de manera innecesaria y fuera de tiempo.
Nuestro país necesita debates más urgentes sobre temas puntuales como la seguridad, el federalismo, la distribución de la riqueza, el presidencialismo, entre otras tantas.

- Nosotros estamos completamente de acuerdo, ¿no cierto Nesto?