EL PUEBLO
SE TRANSFORMÓ EN CHIQUERO
Nuevamente la lluvia dejó al desnudo la falta de previsión de nuestras autoridades. El barro fue una moneda constante en todas las calles de la Conceción N° 11, llámese el casco antiguo de nuestra ciudad.
Las quejas se agudizaron aún más por parte de las madres que debieron mandar sus hijos a las escuelas en medio de un lodazal. Hubo que ver a los niños llegando embarrados a recibir la enseñanza diaria.
Sostenemos que es, al menos, extraño que una obra financiada desde el gobierno nacional, que cuesta varios millones no tenga previsto en su ejecución la limpieza de obra como se hace en todas las ciudades en tareas similares. Muchos vieron que en la Avenida Friuli se colocaron los clásicos cajones para almacenar la tierra mientras se hacía el zanjeo, aunque la mugre que dejó la empresa igual se notó con la lluvia caída.
Todos se preguntan por qué no se utilizó cajones en todas calles, siendo que los hubo para el centro; nuevamente este sector es víctima de la suspicacia general (muchos sostienen que las buenas obras sólo son para el centro de la ciudad) por la falta de autoridad de contralor que le compete ejercer al municipio.
Si se hila más fino, hay que tener en cuenta que el intendente Vásquez tiene una antigua relación comercial con la empresa que hace la obra de cloacas y puede ser que se les haya olvidado la ejecución del algún ítem en las certificaciones para el cobro de los trabajos.
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