UN GASTO IMPORTANTE “RAPIÑADO” Y EL RESTO TIRADO A LA BASURA
SAN BENITO LLEGÓ A EXHIBIR CON ORGULLO SU PLANTA DE LADRILLOS COMUNES
Demás está decir que la falta de capacidad del ex intendente Oscar “Tachuela” Acosta y del ex Ángel Vásquez hicieron que la depredación se entronizara en una fábrica municipal que logró ser pionera en el litoral con una producción mensual que superaba las 400.000 unidades de promedio.
Allí trabajaron hasta cincuenta personas, ganando su sustento diario sin necesidad de vivir panza arriba con un plan nacional como ocurre por estos tiempos.
Allí los cortadores eran seleccionados, ya que el capataz no daba molde de corte a quien no produjera, al menos, 1.500 adobes diarios. Hubo cortadores de 3.000 adobes por día, uno de ellos: un tal Chávez, oriundo de Crespo.
AUTOELEVADOR CLARK O KM COMPRADO EN SAN PABLO, BRASIL, EN 15.000 DÓLARES. SU UTILIZACIÓN EN LA FÁBRICA MUNICIPAL FUE MUY IMPORTANTE PARA LA AGILIZACIÓN DE LA CARGA Y DESCARGA. |
CON LA LLEGADA DE TACHUELA ACOSTA LO DEPREDARON. LLEGARON A CORRER CARRERAS DENTRO DEL GALPÓN DE LA FÁBRICA. RESULTADO: LO FUNDIERON. EL VASQUERATO LO VENDIO POR CHATARRA. |
Cuando llegó Acosta a la intendencia comenzó la fiesta; los hornos que estaban quemados fueron rapiñados por Páez, el propio intendente y otros allegados, produciendo el primer vaciamiento que terminó con la falta de recursos genuinos para financiar la continuidad de las tareas de modernización de la planta, que tenía equipos comprados para mecanizar gran parte de la producción.
VISTA GENERAL DEL HORNO DE LLAMA INVERTIDA CONSTRUIDO EN 1993. |
Entre los adelantos se puede hacer notar un horno para quema de llama invertida, de uso en las fábricas de cerámicas, cuya capacidad era de 25.000 adobes por quema y con caldeo a través fuel oil con ocho boquillas; el tiraje se realizaba mediante un túnel y salida por una chimenea de veinticinco metros de alto.
Estaba previsto (Acosta no tuvo capacidad para hacerlo) el tándem de tres hornos paralelos lo que significaría un considerable ahorro en energía calórica porque mientras un horno quemaba, otro iría aprovechando la temperatura para ir eliminando el agua de los adobes (un 35% cuando ingresa al horno) y el restante estaría siendo descargado para la comercialización.
De esa manera el ciclo no se interrumpiría y la producción del sistema daría unos 300.000 ladrillos mensuales.
VISTA DEL SISTEMA DE TÚNELES PARA LA QUEMA CON LLAMA INVERTIDA |
Sin abundar en más detalles, es importante tener una somera noción de lo que significó esta planta de alta producción de ladrillos comunes.
Viene este recuerdo para valorar lo que significó la construcción del horno mencionado, ya que para ello fue necesario, primero, contratar un fumista experimentado (Espíndola) y la adquisición del material refractario y de quema propiamente.
SE PUEDE APRECIAR PERFECTAMENTE LOS MENCIONADOS LADRILLOS REFRACTARIOS DE LAS CUATRO BOQUILLAS DE CADA LADO DEL HORNO. |
A qué viene todo este comentario?
Es para tener bien en cuenta lo que costaba cada ladrillo refractario; es muy importante saber que no se trataba de los refractarios comunes que nos venden en cualquier corralón para hacer churrasqueras, etc. Estos eran los destinados a hornos de fundición, preparados para soportar hasta 1.800° C antes de fundirse.
El costo de estos ladrillos fue en su momento como mínimo 40 pesos cada uno; los que tenían formas especiales, por ejemplo las cuñas para hacer bóvedas de medio punto, costaban más de 70 pesos cada uno (con una relación peso/dólar de uno a uno).
En una relación práctica, para tener idea de lo que costó de ese horno, cien (100) ladrillos refractarios para fundición costaban más que mil ladrillos comunes.
El horno terminado costó más de 60.000 dólares.
Hasta aquí entonces una reseña para tener una mínima idea de lo que significó la fábrica municipal de ladrillos.
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