miércoles, 11 de agosto de 2010

VIVIENDAS DE VÁSQUEZ EN SAN BENITO

TENEMOS LA MÁS CARA DEL PAÍS
Si algo hay que destacar de nuestro municipio, conducido por el inefable Ángel de la V, es la virtud de haber entregado la vivienda más cara de país en materia de casas de interés social.
Ni en Buenos Aires, ni en Bariloche se han entregado casas con tanto valor de construcción. Si la media ronda los 70.000 pesos en planes del tipo IAPV la nuestra cuesta cuatro veces más.
Se trata de una construcción que está habitada por estos días donde funcionó la fábrica de ladrillos municipal y que fundió el intendente Vásquez depredando todo lo allí plantado. Esa construcción le significó al municipio, o a su fábrica si se le quiere dar entidad autárquica, nada menos que alrededor de 65.000 (SESENTA Y CINCO MIL) dólares.
Era su función original funcionar como horno para la quema de ladrillos comunes o cerámicos por sistema de inyección de fuel oil, con una capacidad de alrededor de 20.000 ladrillos por cada quema que se preveía durara cinco días hasta el enfriado del material. La calidad de la producción era excelente y el costo sensiblemente menor al de la quema tradicional.
La línea de producción para dicho sistema consistía en tres hornos iguales paralelos con tiraje invertido, inter relacionados por túneles para compartir el calor generado, que derivaba en un conducto con chimenea de 20 mts. de altura. Esto significaba que mientras se estaba quemando un horno, en el otro que ya estaba cargado de adobes se hacía circular el aire caliente para secar el material, abaratando este proceso que es el más caro en la producción de ladrillos.
Aún con un solo horno se producía muy buena calidad que se comercializaba hasta por encargo, antes de la quema. Esto le permitió al municipio por mucho tiempo tener personal trabajando con buenos salarios autogenerados y fue el verdadero regulador del mercado afín en la región. Con solamente este horno se podía producir 120.000 ladrillos por mes, unos 60.000 pesos a valores de mercado hoy.
Mil excusas, mil atajos, mil pretextos, cualquier cosa sirvió para justificar lo injustificable. Vásquez, como en otras tantas obras que estaban plantadas en San Benito destrozó todo, depredó todo sin ninguna justificación.
Allí está el antiguo horno de nuestra fábrica destruida.
¡Hoy es una vivienda de emergencia!

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