LA BÚSQUEDA DE SOLUCIONES
DEBE SER INTEGRAL
La verdad es que en cuestiones de seguridad no somos un lugar estanco respecto a la realidad nacional. Nuestra patria toda está sacudida por una ola de violencia y delincuencia sin precedentes. Las razones son muchas. La principal es la abrupta caída en el nivel de educación de nuestra población infantil y juvenil. Habrá que analizar si la escuela debe ser totalmente laica, sin ninguna enseñanza de principios espirituales; habrá que analizar si el joven no deberá volver a cumplir con un período de conscripción para darle una mejor orientación patriótica, sin necesidad de prepararlo para una guerra.
Es muy importante el aprendizaje de los niños en el mundo de la cibernética, pero no con tanta impunidad (término duro tal vez) siendo que se auspicia el delito, el crimen, los hechos de sangre, la violencia, las violaciones desde los primeros juegos infantiles ¿o nó?
Abrazada a ella, otra de las causas es la marginalidad a la que han sido empujados miles de argentinos, que parecería que no pertenecen a este proceso en el que el estado propicia la acumulación de riqueza en unos pocos y en ese caso, se equivoca al individualizar al enemigo en el hombre de campo.
Y también en el mismo sentido, a la hora de querer ser los “Robin Hood” oficiales respecto a los marginados de este proceso, el estado se equivoca al financiar deliberadamente planes “para no trabajar más” de todo índole, en vez de generar mayor y mejor productividad a la nación con más puesto de trabajo. Porque el que no trabaja, está con mucho tiempo libre y el tiempo libre es la levadura para leudar tentaciones hacia lo más fácil que es amigarse con lo ajeno.
Y en la utilización del tiempo libre también el estado está totalmente ausente. En nuestra ciudad lo podemos palpar. ¿Qué actividad hay para orientar a nuestra juventud en la utilización del tiempo libre?
Se terminaron la Escuela de Deportes con la incentivación a la práctica del atletismo, las permanentes competencias barriales en todo tipo de deportes, el fomento al club de barrio, el fomento a la práctica de deportes no tradicionales, el control médico integral en todas estas actividades lúdicas y deportivas. Se terminaron los concursos por ejemplo de pintura, de lectura, de conocimiento que se pueden coordinar desde las autoridades educativas. Se terminó la organización de viajes periódicos para que los niños puedan salir a ver que el mundo no termina en el horizonte. Se terminaron las colonias de verano que nucleaban a más de 800 chicos 15 años atrás. Se terminó el Parque Vieytes de los veranos porque esta administración cree que el dinero que se invierte allí es “una mala inversión” porque no deja ganancias…cuando la ganancia es, precisamente, tener contenida a nuestra niñez y juventud.
Vamos mal y vamos a ir peor si no se ponen las pilas nuestros legisladores en todos los niveles. En nuestro caso si no se recrean actividades tendientes a la orientación en actividades para nuestra niñez y juventud y una mayor y mejor integración de todos nuestros vecinos, con sus familias e hijos, no vamos a encontrar el camino. La incentivación del vínculo de amistad entre familias es un buen elemento que contribuye también a la mejor seguridad.
Pero si nuestros concejales dedican su tiempo para determinar si una plaza debe ser un recuerdo de su gestión y dedicársela al intendente de turno:
Seguiremos yendo por mal camino.
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