domingo, 23 de diciembre de 2012

UN RECUERDO AFECTUOSO AL CIRCO BOHEMIO

SAN BENITO FUE UNA POSTA PARA ESTE CIRCO CRIOLLO
Hace poco tiempo atrás Chiche Gelblung en su programa matutino en Radio Mitre hacía una semblanza de lo que fue y significó el circo criollo en Argentina.
Grande fue mi sorpresa cuando mencionó al “Circo Bohemio” del Tony ‘Caburé’ (don Darío López) y a su hijo Raúl Darío López… - ¡mi gran amigo ‘Jarrito’! – mencionó Chiche.
La verdad que me hizo emocionar ese recuerdo porque rápidamente desfilaron por mi cabeza aquellas reuniones circenses detrás del almacén de don José Gasparín por la década del ’60.
¡Han pasado cerca de cincuenta años!
-¡Chiche basta...Basta Chiche…Chiche basta…por favor!!! – cantaba Jarrito en aquella vieja carpa en el humilde circo Bohemio, frente a lo que es hoy la escuela privada parroquial… Y los números de trapecio, y la gimnasia circense cuando Ana López ya se colgaba del cabello (antes al número lo hacía su madre), y  ‘Caburé’ haciendo el número de humor y… después la obrita de teatro con algún sainete del escritor Alberto Vacarezza…  ¡“Juan Moreyra”…y tantos otros!...¡cuánta pasión ponían los integrantes del circo en cada número! ¡hasta tenían artistas de reparto que eran locales…Coiz…’Chiquito’ Fernández…
Era el circo criollo…el humilde circo criollo testigo inmutable de tantos caminos, de tantos pueblos de campaña recorridos, llevando la remendada carpa de las ilusiones, de las sonrisas, de las lágrimas, hasta que un día su deceso lo dejó para siempre en las inéditas páginas de la historia pueblerina.
Fue el 11 de junio de 1975 cuando el Tony Caburé llegó con un camión hasta la casa de su hijo Raúl Darío – ‘Jarrito’ – (ya se había casado con Sidemelia Benedetti por Cuchilla Redonda, del Dto. Gualeguaychú y tenían 13 hijos). Allí llegó el viejo Tony con la carpa deshecha y los restos de un escenario para que su hijo se ‘haga cargo’ o lo queme.
Fue el fin.
Nació entonces el Circo de los Hermanos López.
Aquí en San Benito vivió sus últimos años don Darío… ¡Caburé!
Pero para nosotros, los muchachos sanbenitenses que ensayábamos los primeros amores por aquellos lejanos años quedará para siempre la fugaz pincelada de alegría…de emoción… y de travesura que encerraba la raída carpa del “Circo Bohemio”.

ASÍ LO RECUERDA AL CIRCO RÁUL DARÍO LÓPEZ:
Soy un payaso argentino que trabaja con amor,
soy guitarrero y cantor que transita los caminos.
Dios me fijó ese destino y esa fue la suerte mía
de portar sana alegría siendo siempre un peregrino.
Fue humilde mi nacimiento bajo la carpa de lona
muy desolada la zona, sólo el arrullo del viento.
Pareciera fuera un cuento cuando contaba mi madre
lo feliz que fue mi padre en tan hermosos momentos.
Malabaristas, balazos, Juan Moreira, Marín Fierro
son los hermosos recuerdos al dar mis primeros pasos,
ya su vida en el ocaso mi homenaje rendiré
al genial Tony Caburé, el monumento al payaso.
Fue quien me empezó a enseñar el arte de hacer reír
y el aprender a fingir para nunca más llorar,
que el payaso debe estar para que ría la gente
aunque una pena candente te comience a taladrar.
El Circo Bohemio primero, Hermanos López más tarde,
de la mano de mi padre, me diplomé de cirquero.
Vida dura, compañero, viajar y siempre viajar,
ya jamás podrás anclar por siempre serás viajero.
A mi público querido estos versos le dedico,
me acompañan desde chico y yo nunca los olvido.
Casi todos son amigos, me dan fuerzas y esperanza,
si hasta me llenan la panza estirándome el ombligo.
Yo luché desde chiquito y no lo quieran creer
a todos aprendí a querer desde el nieto al abuelito,
para todos un poquito de suerte, salud y amor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario