¿CUAL FUE EL MOTIVO PARA QUE SE TENGAN QUE IR LAGOS Y RAMALLO?
No deja de ser sorprendente lo que ocurre en la municipalidad local en el caso del tesorero y de la secretaria de hacienda. Una razón muy justificada debería existir para “exigir la cabeza de ambos”. Quedará flotando en el ambiente la duda acerca de la capacidad de ambos funcionarios, ya de otra manera sería justo pensar en cosas más graves respecto a ambos funcionarios. Esto no ocurre porque sí…algo muy, muy puntual ha ocurrido.
Una fuente muy cercana al gobierno local nos envió un correo en la jornada de ayer comentando hechos ocurridos durante el curso de este año que hicieron llegar al desenlace que ya todos conocemos, gracias a “este medio que se cree que informa”. No queremos reproducir textualmente la información suministrada porque su redacción podría orientar a los sabuesos del entorno vasquista, pero sí tomamos con respeto la fuente porque sabemos de quien se trata.
De acuerdo a esta información, confirma lo que nosotros hace un tiempo comentamos acerca de una reunión a puertas cerradas que se estaba produciendo en el despacho del intendente. Entonces comentamos que la contador Mirta Lagos y el Tesorero Roberto Ramallo mantenían una áspera discusión respecto al manejo de las respectivas áreas de gobierno y que el intendente BB pretendía mayor flexibilidad – llámese más discrecionalidad - en el manejo de dinero de la comuna.
Ahora nos llega información con mayores precisiones, asegurándonos que lo que realmente hizo que el intendente quisiera deshacerse de ambos funcionarios fue la discusión sostenida el 24 de abril pasado en oportunidad de no haber sido complacido un pequeño caprichito de Vásquez BB.
Al parecer, éste habría pretendido que se le justificara unos gastitos surgidos de una fiesta privada en la que se lo agasajo a papi en el día de su cumpleaños y en la que participaron varios allegados al entorno vasquista. En esta modesta celebración onomástica no faltó el abundante licor (de un rango un poco más elevado que el de tetrabrick), amigables cortesanas de ocasión y las clásicas sustancias milagrosas.
El exiguo presupuesto para gastos de representación con el que contaba BB excedía los límites razonables, por lo cual los funcionarios del área del tesoro público se opusieron a justificar el pequeño gasto ocasionado, aun cuando se trataba de un homenaje al célebre prócer fundador de nuestra ciudad. Se trataba de justificar el gasto producido en una sola noche de ‘farrindanga’ en la que se había deslizado el gastito de …nada menos… 20.000 mangos del erario público.
Ese fue el detonante.
Nuestro informante nos asegura que no existe otra razón, ni se puede dudar de la honorabilidad de los que ahora se tiene que ir, ni que su capacidad esté en tela de juicio. Simplemente no querían convalidar tanto exceso.
Claro que no se van con una mano atrás y otra adelante, por más que el tesorero haya insinuado que su caso particular está en manos de un abogado y que desde aquella fecha de abril el intendente no le dirigió más la palabra.
Se van con un “arreglo de por medio”.
¿Cuál es el arreglo?
Eso no lo sabemos…todavía.
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