lunes, 4 de noviembre de 2013

EL CHISTESITO PARA DESAYUNARSE

EL GATO Y EL GALLEGO
En un pueblo de una pequeña comarca gallega, un campesino llega al almacén del pueblo en un crudo día de invierno, con una tremenda helada, y un frío que te podrías reír de Siberia.
- Manolo - le dice al dueño - Quiero que me vendas una de esas bolsas de goma que se le pone agua caliente adentro para calentar la cama y tener los pies calientes.
- Coño, Ramón, que mala suerte la tuya; justamente esta mañana le vendí la última a la María, la de la casa de Cosio.
Ramón, puteando, dijo:
- ¿Y que hago yo ahora con el frío que hace por la noche?
- No te preocupes hombre, yo te prestaré mi gato.
- ¿Tu gato?
-Mi gato es gordito, te lo colocas en los pies dentro de la cama y verás que calorcito que te da toda la noche. El martes volveré a tener bolsas así que vienes por una y me lo devuelves.
- Bueno, gracias Manolo.
Ramón toma el gato y se dirige a su casa.
El día siguiente se aparece Ramón con la cara desfigurada por los rasguños, en la tienda de don Manuel.
- Manuel vengo a devolverte este gato de mierda y te lo puedes meter por el culo. Mira como me dejó el malparido.
- Pero Ramón, ¿que pasó? si es lo más manso que hay.

- ¿Manso?... Un sorete, la madre que lo parió. El embudo en el culo se lo aguantó, pero cuando empecé a echarle el agua hirviendo se puso como loco..!
COLABORACIÓN  DE RUBÉN OMAR

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