LA LIGA PARANAENSE DE FÚTBOL.
LA POLICÍA DE ENTRE RÍOS.
EL CLUB SAN BENITO.
EL INTENDENTE MUNICIPAL DE SAN BENITO
DEBEN RESPONDER Y HACER SU PROPIO "MEA CULPA”.
EN ESTE CASO HAY RESPONSABILIDADES COMPARTIDAS.
1.- Desde la L.P.F. se había dispuesto convocar una mayor cantidad de policías adicionales porque el encuentro entre Toritos de Chiclana y San Benito estaba considerado como “un encuentro de alto riesgo”, esto de acuerdo a lo informado por el Tesorero del Club Toritos, César Galván.
2.- También desde la L.P.F. se cometió el tremendo error de informar a la Jefatura Departamental Paraná de la Policía de Entre Ríos que “el partido había sido suspendido porque no había árbitro”, de acuerdo a lo informado por el subjefe de esa dependencia, Crio. Mario Brumatti.
3.- La L.P.F. debió informar a la misma dependencia policial que el partido se jugaba, es decir, de informar la contra orden (hecho muy llamativo por cierto) que habían conseguido la terna de árbitros y que debían concurrir para cubrir el evento como estaba convenido de antemano. Ello no ocurrió, por lo tanto los responsables de la L.P.F. deben dar una explicación contundente. ¿Qué pasó con esta marcha y contra marcha? ¿quien debería haberse comunicado con la policía? ¿por qué razón no se hizo?
4.- La L.P.F. nunca debió habilitar, por acción (omisión) de la policía que hace los informes técnicos de seguridad para habilitar los estadios, la cancha de Toritos de Chiclana que no reúne las mínimas condiciones de seguridad. Esto es viejo y se hacía la vista gorda.
Pero se ha agravado por la gran cantidad de materiales contundentes a la hora de producirse disturbios que estaban en conocimiento de las autoridades y nada hicieron para obligar a los directivos de dicho club a poner en condiciones su estadio.
5.- El árbitro designado a último momento, de manera sospechosa, Daniel Barcos es el máximo responsable de lo ocurrido en el estadio porque no observó disposiciones elementales como el de no iniciar el partido sin la presencia de la policía. Con este argumento debió dar por suspendido el encuentro sin más trámite. Mucho más responsable es cuando estaba en conocimiento de la grave irregularidad cometida por la falange sanbenitense que era conducida por el presidente del club “La Bruja” Cavallo, que ingresó al estadio sin que nadie abonara las entradas correspondientes, ocasionando un perjuicio económico al club capitalino.
6.- Las autoridades del Club Toritos de Chiclana son responsables al haber habilitado la entrada a la cancha sin la presencia policial y, previamente, por no observar mínimas medidas de seguridad, por ejemplo, retirar cualquier elemento que pudiera ser utilizado como proyectil. Tienen entonces su responsabilidad.
7.- Merece un capítulo aparte la responsabilidad del usurpador de la presidencia del club La Bruja Cavallo.
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