Tribuna
de Opinión
POR ANÍBAL GONZÁLEZ COMASUNA NUEVA ETAPA QUE COMIENZA
El
extenso camino que durante el año nos condujo a este 22 de noviembre nos puso
en el kilómetro “Cero”, cual la histórica Avenida Bernardino Rivadavia que nos
pone en la C.A.B.A. a las puertas de la Casa Rosada.
Un
proceso electoral angustiante, extenuante, que impone un profundo análisis en
cuánto a la metodología de separar los actos eleccionarios como a la forma de consumir papeles destinados al
cuarto oscuro.
Lo
concreto es que hay Presidente de la Argentina.
El
pueblo ejerció el máximo poder en la histórica jornada de ayer. Histórica porque
hubo una primera vez con el balotaje y no mucho más.
Si
algo debemos tomar como valedero, sin detenernos en lo coyuntural, es que el
peronismo histórico, mutado en el tiempo hacia los “ismo” de tantos proyectos
personales, sólo es derrotado cuando se sube a la falacia de pertenecer a los
asalariados, en su nombre hace lo que le viene en gana y termina provocando el
hastío, el cansancio, el decir “basta” en una franja mayoritaria de ciudadanos.
Eso
sucedió en el camino que los argentinos transitamos en los últimos años y es lo
que ha pasado este domingo. El “ismo” cristinista colmó la paciencia hasta el
hartazgo con las insoportables “cadenas nacionales”, con sus plagiados “aló
Presidenta”.
En aquel ayer y para los analistas políticos quedan los
cacerolazos… en este ayer quedará el voto soberano que dijo “alternancia para
bien de la República”.
Todo
ha pasado en materia de elecciones. En poco más de quince días arranca una etapa
con alto dosaje de pragmatismo, sustentada en un pequeño partido con mayor
cantidad de globos multicolores que de estructura política nacional. Un PRO que
usó de prestado como plataforma estructural una UCR, que sale renovada, aunque
algo resentida y con pases de factura que ya se conocerán a partir de horas.
La
primera será para el mascarón de proa, Ernesto Sanz, quien se replegará a su
San Rafael de la “capital del vino” y no ocupará la cartera de Justicia como se
anunciaba. Es que ante los radicales y de asumir un cargo, quedará como
beneficiario exclusivo de un holocausto del que habrá que emerger como el Ave Fénix.
Lo
concreto es que todo ha terminado en materia electoral. El pueblo argentino
puso la justa medida al poder, obligando a todos los gobernantes a la búsqueda
permanentes de acuerdos y consensos para avanzar sin totalitarismos ni
actitudes de hostilidad a título y cuenta de los votos conquistados. Es que la
dinámica es fantástica y los problemas a resolver son “hoy”, no esperan, no admiten
dilaciones innecesarias.
¡Ahora:
A
laburar para bien de todos los argentinos!
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