El avión presidencial Tango 01 se estrelló en medio de un monte; todos fallecieron, menos Kristina, que fue socorrida por un chaguito de un campo vecino. Ya en el Hospital, mientras se recuperaba de sus lesiones, Kristina llamó al niño y le dijo:
- Querido (Mi amor…al decir de Korona); pedime lo que quieras que te lo voy a dar; le has salvado la vida nada menos que a la presidente. Pedime dinero, autos, aviones, lo que se te ocurra.
El jovencito respondió seriamente:
- Quiero un trasero nuevo, señora presidenta.
Kristina, sorprendida por la respuesta, insistió:
- Pero nene, ¿no me entendés?. Pedí lo que quieras…oro…esmeraldas…lo que se te antoje.
- Quiero un trasero nuevo, ñora… - replicó lacónicamente el niño campesino.
Entonces, Kristina, carcomida interiormente por la curiosidad le preguntó:
- ¿para qué querés un trasero nuevo, hijo?
El chico en su ingenuidad respondió:
- Porque cuando mi papá se enteré que le salvé la vida a Usted, me va a romper el mío a patadas!!!
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