miércoles, 22 de diciembre de 2010

SERGIO URRIBARRI CRITICÓ A EDUARDO DUHALDE

ELGOBERNADOR QUEDÓ MÁS ENANO
DE LO QUE ES CON SU DISCURSO
El gran ausente para escucharlo fue el pueblo de San Benito...
La verdad que el gobernador de las obras virtuales (ayer salvo el puente, inauguró obras que están a mitad de camino) el martes en San Benito hizo un discurso para una tribuna también virtual, ya que su discurso fue escuchado solamente por su propia tropa “en vivo”, además de haber sido televisado y trasmitido por alguna radio de Paraná.
Tan enano como lo vimos en persona fue su discurso de ocasión; seguramente en el subconciente estaría puteando porque Ángel Vásquez no había llevado ni a su mujer para aplaudirlo (después de tanta cháchara con la que aparenta tener mucho apoyo popular) porque fue desafortunado en sus palabras inoportunas y desmedidas.
Me detengo solamente en el mensaje para los “mil entrerrianos aplaudiendo la candidatura presidencial de un hombre que cuando fue presidente no le dio nada a Entre Ríos”, refiriéndose a Eduardo Duhalde.
¿Quién le da letra al Pato Urribarri? ¿o es que honra a cada paso al animal que emula con su ‘alias’?
Lamentable la poca memoria de nuestro gobernador que parece haber olvidado los 508 fugaces días que Eduardo Duhalde estuvo ejerciendo la presidencia.
Cuando éste asumió el 1 de enero de 2002 el país estaba en llamas, estábamos al borde de la disolución, la economía estaba violeta (porque rojo era poco), Entre Ríos estaba peor.

Los mil entrerrianos que estuvieron días pasados en Costa Salguero en el lanzamiento de Duhalde como candidato a Presidente seguramente reconocían en el bonaerense aquel esfuerzo por pacificar el país, la devolución a los argentinos del valor de la moneda depreciada por papeles provinciales, la normalización de las instituciones, la organización de su propio partido para prepararlo a ejercer el poder, el apoyo para que no regresara al poder don Carlos Saúl Menem nada menos que a Néstor K. (que después lo traicionó), el invento de las retenciones (en un mínimo porcentaje) para salvar la economía nacional lo que logró con creces, en fin, el camino que trazó para que Urribarri, que por entonces era aliado incondicional de Jorge Busti, pudiera llegar a un cargo a partir de 2003 cuando ocupó un ministerio fundamental para su carrera política.
Me parece estar viendo aquella película cuando a las 14:59 horas del 25 de mayo de 2003 Eduardo Duhalde le entregaba el bastón de mando a Néstor K., quien le dio un prolongado abrazo…remedando aquel beso de Judas Iscariote.
¿De qué habla este enano de la política, Sergio Urribarri, si gracias a Duhalde él accedió a un ministerio y logró que el gobernador Busti lo consagrara como candidato de “su confianza”?

Demasiado burdo es pretender que en los 508 días de presidencia de Duhalde haya tenido la oportunidad de pensar en el tren bala, en autopistas virtuales, en obras faraónicas, cuando se trataba de enderezar un país en disolución. Demasiado, y deben agradecérselo de por vida, con que Duhalde inventó una nueva caja para el tesoro nacional: las retenciones (pequeñas por entonces, abusivas hoy).
Me queda en las retinas la imagen perfecta del enano traidor, borracho de poder y el enanismo obtuso de un gobernador sin liderazgo, casi grotesco, casi payasesco…si tengo que recordar su mediodía en el Parque Vieytes cuando compartió la mesa con una cincuentena de contratados municipales.

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