La historia vuelve a repetirse!!!!
LA
HISTORIA POPULAR SIEMPRE
RECORDÓ ESTE HECHO SINGULAR
- Nos maldijeron por cien años...ya pasaron.... ¡basta viejo don Pedro... mirá el almanaque!!!!
Nuestra
localidad tuvo en sus 135 años de vida, a partir de los primeros friulanos que
poblaron nuestra Colonia 3 de Febrero - verdadero nombre de la ciudad – muchos hechos
lamentables, con dramas de distinto tipo que en muchísimas ocasiones
consternaron a la población.
No
creemos en aquello de “pueblo chico … infierno grande”.
Al
infierno lo creamos nosotros mismos.
La
sucesión tantos acontecimientos lamentables es atribuida por muchos de la
antigua colonia por una maldición que habrá proferido hace más de cien años el
cura Tossolini.
“Hay
una versión oral acerca de un cura que por fines de 1912 maldijo a los
pobladores de la pequeña localidad de San Benito debido a una supuesta acción
discriminatoria que se habría dado contra su persona.
Esta
narración debe tomarse con el cuidado que el caso requiere y es importante
destacar que no queremos herir la susceptibilidad de nadie porque somos
respetuosos de las creencias religiosas; pero ocurre que a través del tiempo
nuestros parroquianos han ido transmitiendo la versión oral de una maldición
que reflotaba cada vez que ocurría alguna desgracia o se presentaba alguna
seria dificultad.
Quiero
insistir que la versión de la maldición a San Benito nace de la voz popular transmitida a través
del tiempo.
Un
día gris y ventoso como el de hoy se presta para recordar viejos tiempos,
cuando se echaban los cimientos hasta que llegara un Juan de Garay y Vásquez a
fundar nuestra ciudad.
En
el afán de ubicar el hecho de marras en el contexto histórico de ese tiempo
hago referencia a lo que se relacionaba con la parroquia y que está documentado
en el archivo correspondiente.
En
julio de 1910, el cura Misael Vizcarra fue reemplazado por el Pbro. Pedro D.
Tossolini, quien estuvo en la parroquia
hasta 1913, habiendo sido reemplazado en marzo de ese año por el cura Pedro
Alumni, quién duró en la iglesia hasta 1935 en que llegó el padre Peralta.
La
misión pastoral del cura Pedro Tossolini fue relativamente corta, en relación a
los demás curas que se sucedieron a lo largo de más ciento treinta años. Su
actuación fue muy controversial y a veces lindante con la insensatez, la que
terminó con una seria enfermedad.
Mucho
se ha dicho en el boca a boca de los parroquianos de la vieja “Colonia 3 de
Febrero” de una maldición existente sobre el pueblo de San Benito que habría
realizado este cura friulano.
Pero
es interesante hacer primero, antes de ir al hecho en sí que se menciona en la
historia popular como la que originó la mentada maldición, hacer una breve
reseña de la actuación de este cura en los tres años en que actuó al frente de
esta iglesia parroquial de nuestra ciudad.
Acompañando
la gestión del cura Tossolini, el 14 de octubre de 1910 fue informado el Obispo
de la elección, por mayoría de votos, de la Comisión Por Templo de la Parroquia
de San Benito, que quedó constituida de la siguiente manera: Juan Bautista
Valentinuz, José Bizai, Ángel Bressán, Fulgencio Fontana, Pedro Gabás, Eusebio
Milocco, José Michelín, Francisco Dubrunfaut, Pedro Fontana y Alberto Lódolo;
esta comisión tenía a su cargo el avance de la obra de construcción del templo,
que estaba en el proceso de ampliación.
Al acercarse la fiesta de Corpus Cristi, el
20 de mayo de 1911, Tossolini se dirigió al Obispo solicitando permiso para
fundar la Cofradía del Santísimo Sacramento, “deseoso de que se celebre con el
mayor esplendor posible la santísima procesión, siendo conveniente y decoroso
que una guardia noble cerque el Eucarístico Sacramento. El Obispo Monseñor Abel
Bazán y Bustos, hizo lugar a este pedido y el 12 de junio de 1911 fue erigida
canónicamente la Cofradía del Santísimo Sacramento y se aprobaron sus estatutos
sujetos a la “dirección de Jesús Eucarístico”.
Haciendo
honor a lo que parece ser una tradición local, durante el año 1911 habían
sucedido serios problemas entre la comunidad sanbenitense, controversias que se
rescatan de una misiva que el boticario y famoso sanador Stellio Vatta dirigió
al Obispo el 25 de julio desde San Benito:
“A
S.S. Ilustrísima El Señor Obispo del Paraná. Excelentísimo Señor.
No
pudiendo cumplir con mi deber y tener el grande placer de dar el vale de
despedida a V.E. por mis obligaciones, aún mi escasa oratoria no satisfacerá
seguramente a la cultura de tan Respetable Personaje, ruego V.E. me conceda
desahogar en esta mi humilde, los sentimientos de mi sincero corazón, haciendo
votos para la salud y prosperidad de nuestro Excelentísimo Señor Obispo, y para
la grandeza de la Sublime Religión Católica.
Conocedor,
Excelencia, de todos estos corazones, por los tantos años de estadía en esta, y
intérprete de las impresiones favorables y de respeto de esta entera Colonia
Católica hacia el Ilustre Pastor; en nombre de todos debo expresar los
sentimientos de gratitud al Excelentísimo Señor Obispo, por la honra y
beneficios que nos ha proporcionado V.E. con su visita pastoral; y como no
puede subsistir moral ni virtud sin la Religión, esa virtud moral que todo
comprende lo que de noble encierra el corazón humano; fidentes somos de que la
presencia de V.E. entre nosotros es el faro luminoso que con sus fulgurosos
radios nos preservará de los peligros de las humanas pasiones; y la bienvenida
de V.E. “preciosa anuncia de concordia”, el sello final que aún faltaba para
confirmar la noble y tan aspirada paz entre nosotros, después de tantas
discordias, que tan solo angustias, sinsabores y regreso nos acarrearan.
Desahogado mi corazón, me es honroso despedirme con el
mayor respeto de V.E. Ilustrísima, haciendo votos para que Dios Todopoderoso
conceda a V.E. fuerza y largos años de vida.
De
V.E. Ilma. el humilde servidor. STELLIO VATTA”.
Este es un indicio de los problemas que se daban por entonces en San
Benito, y que no hace más que confirmar que hay una pulida tradición al
respecto.
El
cura Tossolini puso mucho énfasis en su misión pastoral para poner en
funcionamiento varias Cofradías. Además de la C. del S. Sacramento, el 6 de
octubre de 1911 solicitó al Obispo la erección canónica de la Congregación de
las Hijas de María y cuatro días más
tarde se dirigía al Obispo en estos términos: “Excelencia Ilma. y Rvma. En esta
Iglesia Parroquial de San Benito, hace como unos quince años, existe la
Cofradía de Nuestra Señora del Carmen; pero en este archivo no se encuentra
documento ninguno que compruebe la erección canónica de dicha Cofradía.
Ruego
por tanto V.E. Rvma. se digne erigir canónicamente la ya existente Cofradía.
Es
gracia ex. PEDRO TOSSOLINI. Cura Vio”.
Las
controversias de los feligreses con el cura Tossolini se agudizaron durante el
año 1912 y se agregó a la lista de los reclamos don Agustín Borgobello, quién
fue el encargado de comenzar la construcción de la segunda etapa de la Iglesia,
es decir de la ampliación de la capilla original que llegaba hasta los altares
laterales de la misma, hasta su estado actual, excepto la torre del campanario.
El 2 de octubre de 1912 Agustín Borgobello se vio obligado de dirigirse en
queja al Obispo porque en San Benito se le adeudaban aún 700 pesos de la
mencionada construcción, posiblemente de la gestión del cura Misael Vizcarra y
el cura Tossolini se desentendía de dicha deuda porque no había sido contraído
por él (me trae a la memoria un tal 'Nisio' Acosta). Borgobello, reconocido
constructor de Paraná por aquellos tiempos,
acusó en esa misiva a Tossolini por haber atendido muy mal a su hijo que
le había ido a cobrar y salió acusándolo a él de “embrollón, sinvergüenza,
estafador, etc.”, manifestando finalmente que él solo quería cobrar lo que era
suyo.
En
diciembre de 1912 el Pbro. Oreste Scaravelli reemplazó a Tossolini quién se
encontraba enfermo, aunque éste permaneció en la parroquia, lo que ocasionó
otro gran conflicto, en el que nuevamente tuvo intervención Stellio Vatta. Este
se dirigió al Obispo mediante una misiva, manifestándose a favor de la gestión
del cura Scaravelli y acusando a Tossolini de “estar mal de la cabeza”. En el
fuerte enfrentamiento entre estos curas se aprecia la intervención de S. Vatta,
boticario y miembro activo del Partido Autonomista Nacional, que también tenía
influencia en el obispado, por lo que se rescata de las notas que dirigía
directamente al Obispo Abel Bazán y Bustos.
Nuevamente,
el 9 de enero de 1913, Stellio Vatta se dirigió por nota al Obispo, haciéndole
mención que estaba al corriente de las desobediencias cometidas por dicho
sacerdote, Tossolini, por sus notas anteriores y que “las voces que corren
urbis et orbis y que por suerte no llegaron aún a oídos del enfermo serían
seguramente la guadaña que troncharía su existencia”.
Dos
días antes, el 7 de enero, el Obispo había enviado al Pbro. Bonifacio
Fernández, cura agustino para reemplazar por unos días a Tossolini y éste le
envió una nota al Obispo reconociendo la labor de este presbítero y acusando de
“sinvergüenza y mal educado” al cura Scaravelli. El 12 de enero el Pbro Oreste
Scaravelli se dirigió al Obispo con una misiva escrita en idioma italiano
acusando por múltiples razones al cura Tossolini, hasta por el dinero que
adeudaba.
El
Pbro. Pedro Tossolini no se quedó atrás y también se dirigió al Obispo el 14 de
enero de 1913, desacreditando a su reemplazante porque los “consejeros del
Scaravelli son tres o cuatro gatos de este Centro. Scaravelli los tiene como
íntimos amigos mientras el pobre no se dio cuenta todavía que estos tres o
cuatro pícaros ya comenzaron a hablar mal de él porque es un pobre ignorante,
sinvergüenza, mal educado, etc.”; la
pelea fundamental era por la recaudación producto de las misas y de otros
oficios religiosos. También se quejó de que se le escondían los sagrados vasos
para que no pueda dar misas y que Scaravelli se instalaba en la plaza
parroquial para juntar el dinero de los colonos, que ofrecían las misas; además
se descargó finalmente diciendo que “Scaravelli sale a cada rato visitando las
familias, los almacenes, las fondas del Centro y se queda en las casas poco
ejemplares hasta las nueve y diez de la noche. Esto para mí es un verdadero
escándalo. Los cuatro Pícaros ya hablan mal de Scaravelli diciendo que ama la
conversación con las mujeres, especialmente de las muchachas”.
Finalizando
el mes de enero el Pbro Tossolini, enfermo, se dirigió de nuevo al Obispo A.
Bazán y Bustos: “ ...pobres mis friulanos y comprovinciales...jamás se
esperaban tan repentinamente la salida definitiva de la Parroquia del pobre y
desgraciado Tossolini, salida determinada por las exageraciones y verdaderas
calumnias de un orgulloso, vendido y sinvergüenza de comisario (Malcadel) Cabrera
que no tiene sol en su pobre, muy pobre cabeza...”.
Esta es la documental que se puede rescatar de
la comentada maldición.
Resulta
que el comisario de Distrito Sauce Malcadel Cabrera (por entonces la comisaría
funcionaba en el terreno que actualmente construye Quindt en San Martín al sur,
frente al barrio Jardines), habría
acusado al cura Tossolini de tomarse una gran borrachera en la casa de David
(h) Buttus; en este controvertido caso no debe descartarse la influencia que
podría haber tenido Stellio Vatta en el asunto.
De
acuerdo a la versión oral de los hechos mencionados, al parecer el asunto de la
borrachera entre David Tórtul y el cura Tossolini, para algunos tuvo aristas de
celada, para otros de traición, algo así como que le “tendieron una cama”, por
cuanto, algunos parroquianos se habrían enterado de una relación privada que
mantenían estas dos personas, a quienes se difamaba, por decir, aunque es
imposible una certeza a tanta distancia en el tiempo. A raíz de la borrachera
del representante de la iglesia se habrían apersonado varios parroquianos y los
lagaron semi desnudos en el chiquero de los ‘chanchos’.
Por
este motivo, el cura habría pronunciado
en público y desde la iglesia en un oficio religioso una maldición para la
pequeña localidad por cien años.
Todo
era convulsión en San Benito. El 12 de marzo de 1913 llegó a San Benito el
Pbro. J. Zaninetti para estudiar la situación que se planteaba y elevar un
informe al Obispo. De su informe surgió que el Pbro. Oreste Scaravelli no podía
ingresar a la casa parroquial porque Tossolini no la desocupaba, “me dice la
mujer que está aquí que no pudieron allar un peón que los ayudare; ha ida a
pasar la noche a casa de Davide (David Buttus). El cochero que lo llevó dijo
que ni Davide ni los demás de la casa quisieron recibirle y que lo reprendieron
a él por haberlo conducido...Scaravelli encontrará un fuerte obstáculo. Lo han
desprestigiado por completo y su estadía en pueblo daría lugar a que siguiera
su propaganda hostil, la que será secundada por un grupo no despreciable, que
está esperando el nombramiento de (Pbro.)Zatti”.
El
cura Tossolini recién abandonó la casa parroquial el 10 de junio de 1913 y
trasladó sus pocos muebles al Hospital de la Caridad.
Como
decimos, es algo muy difícil de ratificar a la distancia, pero los más viejos
siempre nos fueron asegurando de la existencia de aquella maldición que terminó
en el pasado año....
¡sería
muy lindo que alguno pirinche al cielo para avisarle al cura don Pedro que los
cien años ya pasaron.... POR FAVOOOOORRRRRRR!
No hay comentarios:
Publicar un comentario