sábado, 29 de septiembre de 2012

"DONDE SE COME...NO SE CAGA"

CAPÍTULO VI
Ayer la lujuriosa noche de placer, el desenfreno, el néctar de los besos, la suavidad de las caricias, confirman una vez más que ¡amor! es ese instante, que no 'se hace' como dicen…sino que ¡nace y se comparte!...y ninguno de los dos piensa en ese momento que vendrá el día después.
Son las dos, son las tres y…son las cuatro… ¡nada importa para el reloj de la pasión!... 'Península' y 'bahía': actores del amor...
Por un lado la juventud y la experiencia, documentada en un acta con registro en una libreta que está secuestrada dentro de un cajón del placard; juventud y experiencia se nutren también de facciones atractivas y terceras intenciones, conformando un mix seductor que engancha al más desprevenido.
Por el otro lado: juventud y un escenario al que se arriba de regalo, con el peso de no haber ‘mamado’ suficiente calle, y de no haber aquilatado en la cuenta personal tantos desengaños.
 
“Catalina tenía la rutina del eterno crepúsculo en la piel; su comarca de sexo en una esquina, sus hectáreas de pecho en un vaivén. Catalina sabía el argumento de la sábana rota por amor. Me soplaba la letra con su aliento y nos iba surgiendo esta canción; labio sobre labio, sobre labio y la península mía… beso contra beso, contra beso y  tu bahía. Cuando se hacen las dos de la mañana, cuando se hacen las cuatro del amor, sus pupilas se hamacan porcelana, en ojeras de rímel y carbón. Catalina de fuego y nicotina, esperando volver a comenzar. Bocanada profunda que ilumina, la mirada marrón de par en par; labio sobre labio, sobre labio y la península mía, beso contra beso, contra beso…y tu bahía . La mirada en el techo de los días, la ceniza en el suelo del pudor y su nombre arrugado en una silla, su apellido tendido del balcón; encendé la fogata que combina mi melena, la tuya y la del sol.. Un retrato de fuego, Catalina, con rutina de lento caracol”. (“Catalina”. A. CALAMARO)
¿Quien te puso entremedio de nosotros a vos, señora ‘naturaleza’? ¿Por qué te entrometes sin que te llamen?...
Cuando menos uno se lo espera, se desata la lucha celular y estalla la granada de la vida; aparece entonces cuajada en una realidad imperturbable, inmodificable el síntoma material desde el atraso que preocupa … ¡ahí está…cobrando el tributo de ese amor!
Se da entonces que esa semillita sembrada, que es mucho más poderosa que las que se siembran en el feraz campo de la política, tiene también su primavera.
Las reacciones son encontradas. ¿Qué hacer? Un mundo de preguntas se superponen con la velocidad del rayo y llenan de tensiones, interrogantes, que se sintetizan en: ¡estoy confundida!...¡no sé qué hacer!
Pasan por la cabeza muchísimos preguntas y escasas respuestas; mucho mas grave es el dilema cuando hay terceras personas involucradas que exigirán mayores precisiones.
¿Y si el resultado diera ‘positivo’…¡ni pensarlo…todavía!

"Garabatos". 1969.
A. González Comas
 
“Cuando unimos nuestra vidas en el acto más sublime que al hombre la natura le creó, son dos cuerpos que incendiamos, incocientes, exaltados en hogueras de pasión.

En un éxtasis sagrado se elevan nuestras mentes y en esta fogata ardiente tan intenso es el calor…que en un momento hay sólo uno donde antes eran dos.

De ninguna manera hay que franquear lo que es ese momento sucedió, ya que el secreto ha de ser para los dos como el sello de ese amor que - convencidos - gardaremos para siempre, igual que el juramento - tal vez falso - de ser fieles a ese amor" ("Pasíón". 1969. Aníbal González Comas).


BB: qué carita ¡eh!...¿qué te pasa?

SECRE: me agarró el bajón…no tengo idea porqué…ya seme va a pasar.

BB: manda una carita sonriente.

SECRE: como te fue ayer en la facultad?

BB: re bien ¡por suerte!

SECRE: ¡estás mejor hoy!

BB: sí..estoy bien…vos no estás bien …y me preocupa.

SECRE: estoy un poco preocupada, pero no es nada; quedate tranquilo.

BB: bueno…si necesitas algo – ya sabés – lo que sea…yo estoy para vos ¡siempre!

SECRE: gracias ¡mi negro!

BB: **



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