Hoy nos despertamos conmocionados por lo que ocurría en Buenos Aires. Un grave accidente de trenes provocado por el estado de abandono del servicio.
Hace poco tiempo tuve oportunidad de ir desde Once a Liniers en el servicio trenes saturado de pasajeros y con vagones en estado desastroso; hoy los argentinos vemos con estupor lo que ha ocurrido.
El estado paga millonarias cifras a la empresa prestataria desde los tiempos del célebre Carlos Saúl. Nos contaron que iban a modernizar este servicio y compraron cientos de vagones chatarra a España que duermen desde hace años a la intemperie sin que nadie haga nada.
Hace unos días circuló la noticia que Kristina tiene nuevamente sobre su escritorio el proyecto del tren bala.
Todo es igual. Aquí un intendente charlatán que habla de grandezas y las calles claman por mejoras…allá el cuento de los trenes bala y la realidad de un pésimo servicio con barreras obsoletas.
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