Por Aníbal González Comas
Estamos en tiempos definitorios, decisivos para la humanidad. Si a nadie de los que manejan estados, economías, etc. le interesa poner atención en lo que viene - a la pandemia nadie asegura derrotarla - a partir de ahora cuesta mucho mirar el futuro con moderada esperanza.
Si la humanidad toda no reflexiona sobre el origen de nuestros males actuales, y los que llegarán, cuesta afirmar que superaremos esta instancia, porque nadie - digo: ¡nadie! - está en condiciones de asegurarnos hoy que el 'mundo' volverá a la normalidad.
No hace falta ser infectólogo, ni nada que termine en 'ólogo', para darse cuenta que las cosas cambiaron y cambiarán más si no ponen atención los líderes mundiales en cuidar el medio ambiente, primero, y luego defender todo lo que significa el entorno, la naturaleza, la biodiversidad, la vida misma -incluso definiendo políticas acordes respecto a la barbarie del aborto (fuera de todo criterio religioso) - nuestro futuro es incierto, por ser más suave en el concepto.
Viene un tiempo distinto, con realidades distintas, con estilos diferentes en muchas cuestiones, entre ellas, las relaciones sociales, por poner sólo un ejemplo.
Lo que nos ha ocurrido no fue una casualidad... creo yo, humildemente.
En mi criterio lo ocurrido estaba cantado. ¿Cuántas veces hemos afirmado, ante una situación de excesos y maledicencias, que todo se paga en esta tierra... cuántas???... ¿no estamos en condiciones de reiterar lo mismo ante esta pandemia???... ¿no hemos hecho todo lo posible para que ocurra lo que ocurre?
Hoy observaba en un noticiero de TV la gresca descomunal que se generó en pleno centro porteño entre enfermos de COVID, un grotesco tablonero propio de 'barra brava', que será una postal argentina recorriendo el mundo, ejemplo de lo que podemos mostrar hacia el exterior para lo que viene: el reordenamento económico mundial... ¡un enfermo le robó el celular a otro paciente!!! y de ahí la lucha callejera con hinchada y todo... ¡vaya patria en decadencia!!!... es para abochornarse por lo tan bajo que volamos.
Parece que nada ocurriera. Parece que la gran mortandad no fuera real. Parece que todos esperáramos que venga alguien, prenda la luz y ¡ya está! ... ¡que todo siga igual!
Hoy también pensaba, mientras me cuidaba del tremendo frío invernal, que en esta crisis sanitaria también hay señales significativas. Me acordé de algunos mensajes bíblicos y relacioné un antiguo versículo apocalíptico, que menciona al primer sello: "he aquí un caballo blanco"... ¿no podría ser acaso un 'caballo blanco' la batalla de médicos y enfermeros de todo el mundo que luchan por superar esta pandemia, siendo este el color que identifica la salud a nivel mundial?... "y el que lo montaba..." ¿quién lo montaba... no sería don Covid 19???... ¿pregunto?... "tenía un arco"...un arco puede significar lucha, aunque no guerra, porque no habla de flechas para arrojar, pero sí nos puso en situación de guerra en el mundo, nos puso de rodillas... "y le fue dada una corona"... ¡"una corona"!!!...¿una corona???... ¡qué casualidad!... le faltó decir una 'Coronavirus'...."y salió venciendo y para vencer"... ¿no querrá decir que no se va a derrotar por completo el Covid, qué estará siempre al acecho para vencer? (Apocalipsis 6:2)
¿Jajaj.. te voy a hacer pensar..?
Por lo menos te doy un temita para que pensés esta noche antes de dormir...
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