Seguramente en algún momento post electoral y producto de una falsa euforia elucubraron el plan que están llevando a cabo en la Municipalidad de Paraná. La persecución iniciada a partir de la asunción de staf de gobierno de Blanca Osuna no tiene límites y viene disfrazada de una supuesta “necesidad de achicar gastos” y de “terminar con los ñoquis”.
En el medio de esta discusión iniciada por el oficialismo K instaurado en la comuna capitalina hay cientos de familias que venían logrando su sustento trabajando honestamente.
¿Que había avivados y cobraban sin trabajar? ¡claro que sí…y hay que echarlos sin contemplaciones!
Pero son los menos, son unos pocos. ¿Y los demás qué?
Más de quinientos obreros en el primer tramo puesto en práctica por esta inquisición kirchnerista quedaron sin poder alimentar a sus respectivas familias. Y ahora vienen más de seiscientos despidos.
La movilización iniciada irá “in crescendo” en tanto y en cuanto no se avengan a dialogar y a “dar marcha atrás” con los despidos. De una. El mensaje es claro. El S.U.O.Y.E.M. quiere discutir uno a uno cada expediente de despido.
Lo que comenzó hoy en las puertas del municipio es sumamente grave y desestabiliza al propio gobierno provincial que no puede hacerse el distraído; con justa razón se está reclamando por la fuente de trabajo desde los trabajadores y si este gobierno todavía tiene algún resabio del peronismo fundacional se deberá poner las pilas y decretar un urgente “NO INNOVAR” para comenzar a discutir cada caso en particular. Así de simple. De lo contrario estarán jugando con un fuego que puede extenderse rápidamente…
¡Las cacerolas están al acecho!
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