Tribuna de Opinión
Por Aníbal González Comas
LA ACCIÓN CONJUNTA DE LA POLICÍA LOGRÓ UN OBJETIVO
Aunque falta todavía mucho camino por recorrer respecto a la extraordinaria secuencia de robos domiciliarios que se venían dando en San Benito con una total impunidad y cuando habrá que ver ahora qué sucede con la estabilidad del funcionario de turno que está al frente de la policía local, celebramos que ya “algo se hizo” al respecto, lo cual nos brinda cierta tranquilidad a los vecinos.
Se sabía desde el murmullo ciudadano quiénes eran los que llevaban adelante tales ilícitos y se esperaba la acción decidida de la autoridad policial, pese a que desde el costado político se hacía lo imposible por evitar que ello sucediera.
Por ello amerita aún más el accionar policial, ya que – aun con la carga de las ‘operaciones’ que se hacían a alto nivel – logró el objetivo de convencer a la jueza de turno y se produjo el primer movimiento de pinzas para dejar totalmente aclarado este flagelo que últimamente nos tenía a mal traer.
Decimos que hay que ver qué pasa con la estabilidad del jefe local, porque ha tenido el ‘atrevimiento de mojarle la oreja' a nuestro diputado desde que pidió el allanamiento de uno de sus bunkers preferidos en calle Libertad, en donde había repetidos asados y brindis entre la cúpula vasquista…y eso lo sabemos muy bien los vecinos de la zona.
Justamente, ahora queda un camino más tortuoso en la investigación ya que habrá que ver si el destino de muchos de los elementos desaparecidos no encontraba ‘asilo político’ en algunos de los asiduos asistentes al lugar, lo que a nadie debería sorprender.
No se puede descartar que las ofertas de ocasión no hayan tenido una clientela preferencial o selectiva dado el círculo predilecto que se movía alrededor de la finca en cuestión cita en calle Libertad al 1100.
Una pista concreta es la presencia en el lugar de marras del asesor en relaciones político -institucionales de la municipalidad, Gilberto DelVechio; allí lo vimos en la nochecita del sábado con un estado de agitación que no se alcanza a comprender, máxime cuando debería haber estado del otro ‘lado de la vereda’ escuchando el clamor de los vecinos que hacían un cabildo abierto en esos mismos momentos en 25 de Mayo y Malvinas.
¿Qué hacía allí?
¿Quien lo llamó?
¿Quien lo mandó?
¿Acaso había algo peligroso que rozaba al entorno más encumbrado del vasquismo?
No se puede desconocer en esta reflexión atrevida – sin el aditivo de la inteligencia policíaca que sabe mucho más que nosotros – que una hoja del libro que recopila la historia del accionar de “Machi” Vásquez es – concretamente: por “hurto simple reiterado”.
¿Es sólo una coincidencia odiosa?
Saben todos los vecinos de la zona lo que venía sucediendo en ese lugar, desde la llegada de materiales de construcción “vía subsidio” para hacer un completo tapialado perimetral – muy por fuera de lo común – y otros elementos donados desde una construcción oficial cercana.
No se puede dejar de recordar aquella ladrillería ‘fantasma’ que facturaba producción que se proveía a la comuna local y a esto lo saben muy bien los empleados de la misma.
¿Hay relación entre los sucesos de los últimos tiempos y esta curiosa cooperativa de trabajo?
¿Esta progresista “Saladita del Usado” estaba en conocimiento de las autoridades políticas del oficialismo?
Creemos que el bisturí policíaco no debe volver a su gaveta todavía…aun sin esterilizar debe cortar hasta lo más profundo si fuera necesario para extirpar este quiste que nos ha venido teniendo en vilo a todos los vecinos, por más ‘pesos pesados’ que se quieran interponer en el camino.