domingo, 20 de febrero de 2022

LA HISTORIA DE UNA CRIOLLA SINGULAR QUE DIO INICIO A UNA NUMEROSA FAMILIA DE SAN BENITO

HIJA DE UNA ANTIGUA FAMILIA ORIGINARIA DE LORETO:

DOÑA SALUSTIANA FABIA DOMINGA 

BERNAL DE FRANCO

Una calle de nuestra ciudad lleva su nombre.

Hay muchísimas historias de personas que hicieron toda su vida en distintos pueblos y que no tuvieron cargos importantes ni ocuparon renglones escritos en los medios de antiguas épocas que, sin embargo, dejaron indelebles huellas entre familiares, amigos y conocidos que quedaron registradas en la memoria de quienes las trataron en vida. Estos casos son incontables. 

En nuestra zona, el pueblo de San Benito enclavado en el mapa del distrito Sauce del departamento Paraná, hubo algunos casos dignos de realzar, pese a que los años se quisieron apropiar de ellos y eliminarlos del recuerdo y del folclore lugareño.

"Doña Fabia", así la conocimos en tiempos de muchacho, perteneció a una familia que en tiempos remotos radicó en el Pueblo Loreto de Pirapó, en Misiones y luego en el Distrito Espinillo del departamento Paraná: Los Bernal pertenecían a los pueblos originarios  desde el Siglo XVIII y los varones a partir de la Independencia Argentina fueron parte de los ejércitos que se formaron en la zona del Sauce y Espinillo donde ya estaba establecido un cuartel por 1770.

ORÍGENES DE LOS BERNAL

ANTIGUA REDUCCIÓN DE LOS JESUITAS EN NTRA. SRA. DE LORETO, MISIONES, PUEBLO QUE FUE CUNA DE LA IMPRENTA EN SUD AMÉRICA

Para encontrar explicaciones y razones que formaron el derrotero en la vida de los Bernal es interesante conocer las raíces mismas que supieron de las bondades de la tierra misionera, de la vida comunitaria en las misiones jesuíticas hasta 1767 y de las luchas fronterizas a partir de la Revolución de Mayo de 1810.

Don Basilio Bernal perteneció al pueblo originario guaraní y formó parte de la misión jesuítica (o reducción como se llamó también) de Nuestra Señora de Loreto del Pirapó, fundada por dicha orden religiosa en el Siglo XVII, al norte de La Guayrá (hoy Estado de Paraná, República F. de Brasil), en la horqueta que forman los ríos Pirapó y Paraná Panema. Esta reducción fue destruida por bandeirantes y mamelucos lusobrasileños y sus habitantes tuvieron que emigrar a otras tierras, conducidos por el cura jesuita Antonio Ruiz de Montoya hasta el actual enclave en territorio misionero. 

Este pueblo originario quedó huérfano de todo cuando el Rey de España dispuso la expulsión de América de los religiosos jesuitas en 1767. Igualmente se sostuvieron en un pequeño poblado, pero una nueva invasión ocurrida en 1817 hizo que los habitantes de Loreto abandonaran el lugar definitivamente. Muchos de aquellos hombres de pueblos originarios nutrieron los ejércitos en tiempos de las cruentas guerras civiles en nuestra patria.

Entre estos emigrantes hacia otras tierras más bondadosas y pacíficas estuvo Don Basilio Bernal, que convivió con Rosa Panal, de la misma etnia, aunque no hay registros que haya emigrada a Entre Ríos con su familia completa; pero entre sus hijos tuvieron a Anacleto Bernal quien llegó a la zona rural del departamento Paraná y casó en la Parroquia Nuestra Señora del Rosario el 26 de noviembre de 1832 con María Ventura Valdez, hija de Santiago Valdez y María Ignacia Ramos, siendo testigos Juan José Romero y María Tello. (Folio 123. Libro 3 M. Ntra. Sra. Del Rosario de Paraná. Archivo General Arquidiocesano)

Este matrimonio radicó en el Distrito Espinillo al sur y entre sus hijos tuvieron a Isabel Bernal, nacida el 19 de noviembre de 1832 en el Distrito Espinillo y fue bautizada en la parroquia de Nuestra Señora del Rosario de Paraná el 7 de abril de 1839, siendo su madrina María Ponce (Folio 86 vuelta. Libro B 1839. Ntra. Sra. del Rosario de Paraná); fallecida en la zona rural de Espinillo el 18 de noviembre de 1897, fue sepultada en Crespo el 19 de noviembre de 1897 (N° 112. Libro D 1897. San José de Crespo); habría convivido con Eugenio Guzmán. 

De acuerdo al Primer Censo Nacional realizado en 1869, Isabel Bernal radicaba en el Distrito Espinillo y convivía con sus hijos: Andrés Avelino Bernal, nacido el 10 de noviembre de 1851, bautizado en Paraná el 9 de febrero de 1852, siendo madrina Felipa Romero (Folio 311. Libro B 1852. Ntra. Sra. del Rosario de Paraná), Domingo Guzmán Bernal, nacido el 4 de agosto de 1856, bautizado en Paraná el 1 de noviembre de 1856, siendo padrinos Marcelino Bernal y Antonia Ibagaza (Folio 110 vuelta. Libro B 1856. Ntra. Sra. del Rosario de Paraná), fallecido párvulo fue sepultado en Paraná el 3 de agosto de 1863 (Folio 145. Libro D 1863. Ntra. Sra. del Rosario de Paraná), José León Bernal, nacido el 11 de abril de 1860, bautizado en Paraná el 14 de abril de 1860, siendo padrinos Leandro Suárez y Felipa Arce (Folio 125. Libro B 1860. Ntra. Sra. del Rosario de Paraná), Juan León Bernal, gemelo, nacido el 11 de abril de 1860, bautizado en Paraná el 14 de abril de 1860, siendo padrinos Leandro Suárez y Felipa Arce (Folio 125. Libro B 1860. Ntra. Sra. del Rosario de Paraná), María (de siete años), en el Censo Nacional de 1895 aparece conviviendo con su madre en Espinillo, y Domingo Bernal (de cinco años), Manuel Rosa Bernal, nacido por 1864, fue bautizado en Paraná el 12 de marzo de 1868, siendo padrinos Francisco Ledesma y Nicolasa Gómez (Folio 128. Libro B 1868. Ntra. Sra. del Rosario de Paraná); se puede deducir, aunque no se pueden cruzar los suficientes documentos, que Isabel Bernal vivió en concubinato con Eugenio M. Guzmán (de allí que el hijo Domingo aparece como "Guzmán").

De acuerdo al Censo Nacional realizado el 10 de mayo de 1895 Manuel Rosa Bernal trabajaba como jornalero en la posta de don Antonio Rossier, un suizo que era maestro de la Posta de Las Tunas en el antiguo camino a La Picada, que nacía en calle Nogoyá y Ramírez y empalmaba más adelante con Avda. Don Bosco de Paraná. Por dicha posta, que funcionaba desde antes de 1810 con otros maestros y postillones, pasó el ejército del General Manuel Belgrano en su expedición al Paraguay a fines de 1810. Allí es muy probable que Manuel Bernal haya trabajado también como postillón guiando por malos caminos carretas y diligencias que marchaban por la región. Años más adelante en el lugar se estableció el conocido Almacén de Gubbiani, posta obligada "para enjuagar la garganta" de quienes iban desde San Benito a pescar a la Costa Núñez.

Manuel Rosa Bernal casó en Paraná el 22 de julio de 1884 con Paulina Mena, nacida el 10 de octubre de 1864, bautizada en Paraná el 19 de julio de 1865, siendo madrina Juliana Mena (Folio 501. Libro B 1865. Ntra. Sra. del Rosario de Paraná), hija de Gregorio Mena y Luisa Romero, siendo testigos Wenseslao Ayala y Cristina Mena (Folio  62.Libro M 1884. Ntra. Sra. del Rosario de Paraná); Paulina Mena, de acuerdo al Censo Nacional de 1895 aparece viviendo en el Distrito Sauce, esposa de Manuel Bernal; sus hijos fueron:

1.- Prudencio Vital Bernal, nacido el 20 de abril de 1885, bautizado en Paraná el 22 de junio de 1885, siendo padrinos Leandro Zapata y Cristina Mena (Folio . Libro B 1885. Ntra. Sra. del Rosario de Paraná)

2.- Luisa Bernal, nacida el 2 de octubre de 1887, bautizada en Paraná el 20 de febrero de 1888, siendo madrina Paula Bello (Folio 23. Libro B 1888. Ntra. Sra. del Rosario de Paraná)

3.- Rudecindo Bernal, nacido por 1889 (Censo Nacional de 1895)

4.- Salustiana Fabia Dominga Bernal; L.C.5.346.002; convivió con Andrés Franco, hijo de Alberto Maidana y Martina Franco; sus hijos fueron:

4.1.- Rosa Franco.

4.2.- Teresa Franco.

4.3.- Feliciano (Ciano) Franco.

4.4.- José (Gito) Franco.

4.5.- Paulina Franco.

4.6.- Policarpo (Poli) Franco.

4.7.- Anastasio (Chango) Franco.

5.8.- Isidoro (Doro) Franco.

Don Andrés Franco Maidana

Este grupo familiar se estableció un tiempo en Paraná, al sur de Avenida Almafuerte, en inmediaciones donde en la actualidad está el Supermercado VEA,  hasta que un incendio dejó la casa en cenizas por lo cual buscaron dirigirse a otro sitio para establecerse.

El lugar elegido fue un terreno de los que pertenecieron al Pueblo San Martín (en San Benito) diseñado y vendido en parte por Pedro Viñas por 1888; la concesión completa quedó sin transferir los terrenos vendidos y fue pasando el tiempo para quedar como tierras fiscales. 

El terreno arrancaba en la esquina de Marizza y Basavilbaso, lado noroeste, y abarcaba hasta más allá de la cañada que corría en diagonal hacia el arroyo Las Tunas. Allí construyeron una casa amplia, en adobes y con techo pajizo al principio y se establecieron en forma definitiva.

Don Andrés Franco fue agente de policía del Distrito Sauce, San Benito, y en una oportunidad salvó al comisario en un tiroteo con malvivientes y desde la Jefatura quisieron darle el ascenso a Cabo Primero, pero prefirió seguir en su camino como estaba: cosas de aquellos tiempos!
También desarrollaba tareas rurales y además se dedicó al cuidado de caballos, comenzando por atender la caballada de la policía lugareña, único medio con el que contaban para hacer rondines y recorridas por la jurisdicción.

Más tarde, cuando enfermó y luego falleció, fue doña Fabia la que se encargó del cuidado de parejeros que se le confiaban, para enseñarle el oficio a uno de sus hijos: el Chango (Anastasio) que le dio vida al Stud Los Nietos, que hoy continúa un descendiente suyo: Fabián Franco.

DOÑA FABIA Y SU PERFIL SOCIAL

Doña Fabia Bernal de Franco fue una mujer de mucho empuje, luchadora en aquellos tiempos muy duros posteriores a los que fue la llamada Década Infame de los años '30, cuando los remiendos y los pantalones rasgados no eran una moda, sino una cruel realidad de las clases populares.

En ese terreno doña Fabia fue una insignia, y seguramente llevaba en sus genes aquellas prácticas comunitarias que enseñaron los jesuitas a sus antepasados, el deseo de convivir y compartir con propios y extraños un pedazo de pan, un plato de comida.

Su casa fue lugar de racionamiento y descanso para todos aquellos que andaban en necesidades extremas y para los golondrinas que sabían conchabarse en los equipos de las máquinas trilladores y andaban en la deschalada de maíz. Nunca faltaba en casa de Doña Fabia una tumba de puchero y un plato de sopa para los que no tenían dónde parar.

Esa costumbre solidaria llevó a esta criolla de estirpe guaraní a abrazar rápidamente la prédica del General Juan Perón a partir de 1946 y su casa fue un centro de convocatoria para los primeros mitines "laboristas", (luego peronistas), que pusieron por primera vez en el debate público la participación popular y - luego con Evita - el voto femenino. Allí estuvo con su carácter y don de gentes Doña Fabia como capitana en la proa del barco que se echaba a la mar de los principios ciudadanos, para sepultar para siempre el secuestro de los documentos de las peonadas para fraguar el voto por parte de quienes ejercían de patrones en los campos.

Años más tarde aparecieron los "del centro" de San Benito que se organizaron para contar con las primeras Unidades Básicas, que comenzaron a funcionar en el boliche de Miguel Rodríguez, donde había sido el Club del pueblo y doña Fabia pasó a segundo plano en lo organizativo, pero nunca dejó de ejercer sus condiciones naturales de militancia social entre los suyos.

... Cabe otro párrafo a aquellos domingos cuando se organizaba con toda la familia para concurrir a las carreras cuadreras que se realizaban en la zona, gran cultora y entusiasta conocedora de cuantos pingos daban vueltas por la región, le conocía pelos y marcas y sabía identificar los candidatos para los triunfos ocasionales o para llegar a placé.

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