LA QUEJA ES GENERALIZADA.
NO HAY CONTROL DE LAS AUTORIDADES
En los últimos tiempos viene creciendo de manera preocupante una práctica entre los jóvenes de nuestra ciudad que preocupa a los vecinos; se trata de las picadas que se hacen en las calles de nuestra ciudad a toda hora, aunque los fines de semana y en las horas de la noche, hasta la madrugada, son muchos los motociclistas que han encontrado una manera de diversión muy particular.
El tránsito por nuestras calles a alta velocidad y las peligrosas maniobras de equilibristas que hacen los jóvenes se vienen transformando en una preocupación para todos. No sólo por la peligrosidad de las maniobras que ponen en riesgo la seguridad de los vecinos, sino que los ruidos en horas de la noche son insoportables.
Es necesario que las autoridades municipales, a través de sus inspectores, cumplan con su rol de contralor y hagan los operativos que sean necesarios para regularizar esta situación en bien de todos. Se vienen dando muchas situaciones enojosas innecesariamente, las que pueden derivar en actos de violencia.
Seguramente también la policía local puede actuar haciendo controles periódicos para contener las ansias de vértigo de nuestros chicos antes que un accidente grave nos haga lamentar a todos cuando ya sea tarde. De ambos órganos de control depende esta prevención reclamada por el vecindario en general.
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