No hay que sorprenderse de las autoridades cuando pretenden cerrar las actividades comerciales de sus adversarios; se me viene a la memoria el caso de Il Cjantón de Manzanita González y la persecuta de Pablo Kapp y Ángel Vásquez...
“INFORMATIVAS. UNA ORDENANZA ESPECIAL. El comisario del Distrito Sauce ha sacado a relucir una ordenanza especial de digna de los tiempos pre-históricos y del caletre ilustrado de nuestras autoridades rurales.
Según ella todo vecino que desee o se le autorice bailar en su domicilio tiene obligación de pedir permiso a la autoridad del distrito. ¿Se pretende algo más dictatorial y ridículo?
No inventamos, el hecho es cierto y la prueba es el siguiente caso:
El sábado 17 de corriente mes y año, unos cuántos súbditos austríacos se habían reunido en casa de Domingo Dellizotti con el fin de solemnizar el aniversario patrio con una suculenta comida, después de la cual resolvieron asentaría con un baile. En lo mejor de la danza, a la una de la mañana, se les presentó el Comisario (Estanislao) Ramos con la espada desenvainada requiriendo del dueño de casa el permiso correspondiente de su omnímoda autoridad para bailar. Como tal permiso no lo hubiera, el comisario increpó duramente al dueño de casa diciendo que si no fuera porque en la reunión estaba Esteban Pinto los sacaría a todos del brazo al medio de la calle y le dio orden al “contraventor” de presentarse al día siguiente a la comisaría. Probablemente no habrá salido de ella sin la multa correspondiente a la falta cometida.
Véase pues, en qué manos y en qué forma se estropea el derecho y las garantías individuales; a esta marcha mañana tendrán los vecinos del Distrito Sauce que pedir permiso a Ramos para salir de sus casas o sentarse a la mesa. Las monstruosidades en esta tierra están a la orden del día y nada puede extrañarnos. (“La Lucha” de Paraná. Lunes 19 de agosto de 1907)
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