LAS ELECCIONES PRIMARIAS NO FUNCIONARÁN
Cuando Néstor K ideó las elecciones primarias lo hizo con una intención subliminar encubierta en la declamación de ‘más democracia’. En realidad lo que quería era la debilitación de los partidos opositores porque conocía nuestra tradición en la materia.
Por un lado, el oficialismo marcharía con la firmeza de un candidato definido, era Néstor K. (hoy Kristina), desde mucho tiempo antes de la compulsa electoral. ¿Quién se osaría a hacer una interna abierta al poder del estado encarnado hoy en la presidente?
Por otro lado, una oposición heterogénea y dispersa jugaría para las pretensiones oficiales, porque muy difícilmente podría confluir en una experiencia de unidad bajo el rótulo de ‘Concertación’. El desgaste, las discusiones internas, las idas y venidas, los llevarían hasta los umbrales de las elecciones generales. Pasadas las primarias de agosto no quedaría tiempo para acomodarse y, sobre todo, encolumnarse tras un candidato fuerte.
Todo jugaba para el oficialismo.
Pero ahora, sin Néstor en el oficialismo; sin oposición en el radicalismo que le haga sombra a Alfonsín, hoy por hoy, el candidato mejor posicionado para competir en igualdad de condiciones con Kristina; sin Macri en el PRO porque se bajó espantado con los números de las encuestas; sin internas del Partido Federal que falleció de un fulminante ataque de internismo fatuo; en síntesis, sin nadie que compita…
¿Qué objeto tienen las primarias de agosto?...
¿Ahora también juegan a favor del oficialismo?
Esta experiencia de las elecciones primarias se copian de una práctica antigua y bien aceitada llevada adelante en Estados Unidos; allí es otra cosa; otra idiosincrasia, otro estilo, otra cultura política, todo encapsulado en algo que nos falta a los argentinos: un nacionalismo a ultranza.
Y seguimos copiando…ya le habíamos copiado a los franceses la ‘segunda vuelta’, mucho antes el porcentaje D’Hont a los belgas…entre lo poco que recuerdo en este momento.
Hoy las internas abiertas pueden jugar en contra del objetivo inicial y resultar un boomerang para el gobierno si como resultado aparece un radicalismo fortalecido tras la figura de Ricardo Alfonsín que se consagre en un honroso segundo puesto con un 24, 25, 28% de adhesiones. Este puede transformarse en un disparador de electores opositores hacia su boleta en las generales y un señuelo para otros candidatos menores que puedan arrimar mayores simpatías. Y si Kristina no gana en primera vuelta puede causarle muchos dolores de cabeza esta posibilidad.
Como decimos nosotros: - ¡Ojo a la gallineta que puede salir el tiro por la culata!
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