Ha transcurrido por segundo año consecutivo el festejo del carnaval y ya estamos nuevamente en la trinchera diaria mirando el desarrollo de los acontecimientos con el afán de comentar lo que estimemos oportuno.
No somos profetas pero conocemos las intenciones de nuestro sultán mandamás que no se conforma con la diputación que le regaló Urribarri, sino que usurpa el poder local metiéndose en todo lo concerniente al gobierno municipal.
Al hijo y actual intendente de nombre homónimo los más audaces empleados de la administración comunal ya le encontraron el mote perfecto:
Lo apodan “Cable de Plancha”: “parece piola… pero es un forro”.
Es que no hace falta ser muy ducho en la materia para darse cuenta que quien ordena las actividades diarias, las pocas actividades que se llevan a cabo, es el diputado Vásquez quien hace acto de presencia en el corralón municipal a primera hora de la mañana.
Ocurre que los obreros ya le tienen tomado el tiempo y cada vez que el intendente sustituto parte hacia la capital provincial honran aquello de “juguemos en el bosque….mientras el lobo no está”.
El famoso plan de obras no existe. El municipio está paralizado. No hay trabajos públicos salvo algunas obritas supérfluas, como el nuevo galpón municipal y la estrecha uni - senda flotante de Avenida Marizza. Mientras tanto, el personal ya no sabe donde esconderse para pasar desapercibido, gastan uñas y ya no saben con qué mano rascarse.
En síntesis: ¿de qué sirve la parodia diaria del diputado Vásquez que quiere hacerse notar como el hombre orquesta de la comuna?
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