UNA LINDA OPORTUNIDAD
PARA REAVIVAR NUESTRAS TRADICIONES
El 24 de junio de 2020 será una hermosa
oportunidad para recuperar nuestro tradicionalismo, nuestras costumbres
criollas, teniendo en cuenta que rememorar aquellas luchas en los albores de la
patria nos traslada no sólo a las cuestiones políticas del momento, sino que
además nos posiciona en un tiempo diferente, con su cultura, su vida social, su
ciencia y arte que hicieron la tradición de nuestra patria.
Cierto: es el pasado, la tradición nace
en el pasado, en el pasaje de estilos, usanzas, vestimentas y relaciones
comunitarias por un determinado espacio y tiempo, que hicieron la composición fotográfica
necesaria para que las adopten las costumbres populares que la sostienen en el
tiempo.
La tradición – en definitiva – es la cosecha continua de lo que antaño sembraron otros y que germinaron gracias al abono de aquellos que la sostuvieron desde la memoria colectiva y que hoy nosotros gozamos orgullosos. Si la tradición fuese un árbol, a su sombra estaríamos sentados para dar forma al testimonio de continuidad que nos compromete… ¡al fin y al cabo… somos levadura de cara al futuro, que generará el calor suficiente para que fermenten sus fecundas semillas que la sostendrán en el tiempo en ciclos renovados de flores y de frutos!
La tradición – en definitiva – es la cosecha continua de lo que antaño sembraron otros y que germinaron gracias al abono de aquellos que la sostuvieron desde la memoria colectiva y que hoy nosotros gozamos orgullosos. Si la tradición fuese un árbol, a su sombra estaríamos sentados para dar forma al testimonio de continuidad que nos compromete… ¡al fin y al cabo… somos levadura de cara al futuro, que generará el calor suficiente para que fermenten sus fecundas semillas que la sostendrán en el tiempo en ciclos renovados de flores y de frutos!
Tengo la esperanza que en ese día
nuestra ciudad pueda revivir todas nuestras tradiciones criollas, no sólo una
cabalgata, la muestra de distintas vestimentas de aquel tiempo de la guerra
civil que se inició cuando estaba cercana la posibilidad de la independencia.
En mi humilde pensamiento creo que se
pueden recrear la mayor cantidad posible de costumbres criollas, sea la
escenificación de una posta, de una pulpería, de una ranchada, de una
diligencia, de una fiesta criolla, de los fogones que se encendían a la puesta
del sol, de las guitarras, de los bailes, del mate cocido, del ‘charque’, del
choclo asado, del porrón de ginebra, de la taba, del brasero, del mate amargo,
de las torta fritas, del pan casero, del locro… del…. del…
Sí….ya se… es mucho pedir… pero habría que
intentarlo como algo a rememorar todos los años, sea como competencia o como
simple realización para recordar los viejos tiempos cuando nacían nuestra
patria y nuestras… tradiciones.
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