EL GRAN LIBERTADOR DE AMÉRICA
JOSÉ FRANCISCO DE SAN MARTÍN Y MATORRAS
En la lira de bronce del poeta
vibra siempre una cuerda, que acerada,
se consagra a la gloria denodada,
que el mundo, el tiempo y el furor respeta.
Vaciada en bronce tu inmortal silueta
de lauros y de luces coronada,
vibrar yo siento la fulmínea espada
que armó tu brazo, americano atleta.
Tu corazón vibró como tu acero
Templado al fuego de pasiones grandes
que al redentor animan y al gerrero.
Hoy que al sol de tu patria el labio expandes,
vibre ese bronce al soplo del pampero
y repercuta en los gigantes Andes.
(Jorge M. Mitre)
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