Marizza, el hombre detrás del poder:
los inicios de su relación con Urribarri
Un informe de investigación publicado por Osvaldo Bodean para elentrerios.com repasa los antecedentes del empresario Miguel Marizza y los inicios de su relación con el gobernador Urribarri. Para conocer la trastienda del poder.
Por Osvaldo Bodean
Diario El Entre Ríos“¿Alguien responderá la carta de los trabajadores de la estatal Corporación para el Desarrollo de Salto Grande, en la que denuncian despidos, cierre de un complejo termal, arbitrariedades, empleo en negro, abogados con miedo, prensa silenciada, entre otras cosas?
Los apellidos en juego y los antecedentes no invitan al optimismo. Veamos dos de esos apellidos y traigamos al presente un hecho en particular.
Luis Mazurier y Miguel Marizza son claros exponentes de lo que podría llamarse “el poder tras el poder”.
A juzgar por el modo en que ambos han sabido conservar e incluso acrecentar su poderío, siempre haciendo negocios desde y con el Estado y sin que importen los cambios de liderazgo político, hasta podría pensarse que están en condiciones de mojarle la oreja al mismísimo Sergio Urribarri. En más, ya lo hicieron. Pero de eso hablaremos párrafos más abajo.
Escapa a los límites de esta columna contar la trayectoria pública de uno y otro. Quizá tampoco alcanzaría un libro… para cada uno…
Mazurier es hoy Director del matutino “independiente” El Sol, de Concordia, a la vez que presidente con rango ministerial de la CODESAL (Corporación para el Desarrollo de Salto Grande). Sí, así como lo lee: dirige un medio cuyo lema es la independencia y, al mismo tiempo, es funcionario provincial. Lo que se dice un verdadero precursor del periodismo militante, considerando que esta superposición tan peculiar se mantiene, inalterable, desde el tiempo en que Busti era gobernador y Urribarri su principal ministro.
Marizza es el hombre fuerte de la constructora Caballi, una de las más poderosas en la obra pública de Entre Ríos; vocal de la Cámara Argentina de la Construcción; impulsor del polémico proyecto turístico integral para Concepción del Uruguay, donde conjuga apropiación de bienes públicos, obras, hotelería y juegos de azar; propietario de acciones de Verter S.A., concesionaria de las termas de Concordia, etc. La lista es mucho más extensa.
Marizza fue, sólo por hacer escueta mención de algunos puntos destacados de su currículum, presidente de EPEER; vice interventor de Gas del Estado en el gobierno de Carlos Menem; miembro del Comité de Privatización de Gas del Estado, donde fue acusado en la justicia por corrupción y fue absuelto porque prescribió la causa; subgerente general del PAMI, acompañando al conocido Carlos Alderete, tarea por la que también fue investigado por la justicia, especialmente por su rol en la contratación de la empresa Road Movie.
Las telarañas de poder que han sabido tejer Mazurier y Marizza se tocan al menos en un punto: las termas. El primero, desde la CODESAL, construyó (con fondos de CAFESG) y maneja las Termas del Ayuí. El segundo es principal propietario de Verter SA, concesionaria de la primera perforación termal de Concordia. Entre ambos complejos no hay mucho más de 5 km de distancia en línea recta. Es esta cercanía la que dio origen al episodio en el que los dos le torcieron el brazo a Sergio Urribarri.
En efecto, en agosto del año 2009 se enfrentaron la Municipalidad de Concordia, gobernada por Gustavo Bordet, y la firma VERTER S.A., de Miguel Marizza. La concesionaria de las termas del municipio había anunciado la posibilidad de cerrar el acceso al público concordiense y habilitarlo únicamente para turistas. La excusa de Marizza era la por entonces próxima habilitación del Parque Acuático de Federación.
Más allá de los detalles de aquel cortocircuito, lo importante es lo que sucedió luego. El gobernador Sergio Urribarri bajó a Concordia, reunió a todos, y en un gesto poco común anunció por escrito.
¿Qué pasó luego? ¿Se cumplió alguno de estos anuncios? ¡Ninguno!
Ni Marizza abandonó la concesión de las termas de Concordia ni Mazurier dejó de ser único y exclusivo presidente de la CODESAL. El decreto para modificar el organismo jamás apareció y el gobernador nunca más habló del tema.
La CODESAL terminó las Termas del Ayuí, abrió otro complejo en Punta Viracho, hasta que este lunes 24 de junio de 2013 la corporación estatal de Mazurier volvió a ser noticia porque habría cerrado este último centro termal, reducido el horario de atención del primero y despedido a varios empleados.
Los trabajadores, en nota firmada por Roberto Ríos, dan cuenta de cuán desamparados se sienten: “el ministerio de Trabajo no quiere atender denuncias de la Codesal, ya que es un lugar público y sería como tomar una denuncia en contra de su propio gobierno. Los abogados no quieren saber de nada con Mazurier, es poca la prensa que quiere publicar denuncias al respecto. La justicia no existe”.
Un detalle a modo de broche final: en el Presupuesto Provincial 2013, en el anexo Planta de Personal, la Corporación para el Desarrollo de Salto Grande sólo declara dos (2) empleados. Esos dos (Mazurier incluido, tal vez) son los únicos empleados presupuestados por la CODESAL. ¿En qué condición estarán estos que ahora han sido despedidos?
Algo de esto saben los trabajadores, ya que en la carta dicen: “hace más de ocho años que la Codesal viene explotando la zona de Salto Grande y desde entonces que tiene a sus empleados trabajando en condiciones irregulares. Las grandes inversiones de agua termal que sobrepasaron los 25 millones de pesos en estos últimos 3 años no contemplaron el factor humano y las amplias facultades que posee el Sr. Luis A. Mazurier le permiten el manejo libre y a su antojo del dinero y, sobretodo, de la gente”.
¡Más claro que el agua termal!
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