CAPÍTULO XIII
Los estudios son una prioridad por estos días, por lo cual todo el esfuerzo cotidiano se centra completar los conocimientos necesarios para los próximos parciales; como no podría ser de otra manera esa preocupación es comprendida, al menos en un primer momento.
Para el jefe es la fecha indicada; el examen tendrá que rendirse a las ocho de la noche por lo cual se impone dar un descanso a otras necesidades y ella hace la primera insinuación para que así sea, con un sugestivo “no podés trasnochar”, denunciando que en otras oportunidades sí hay tiempo para “colgar el apellido del balcón”.
Un “ya lo se mi amor” surge cual si fuera una queja, un lamento del estudioso enamorado, lo que es captado con sutileza por el encanto femenino y surge una oferta provocadora que embravece hasta al más dormido. “¡Si querés yo te tomo y te hago estudiar!”.
¡Qué oferta más tentadora!...¿para qué resistirse…si sería en vano?
Entonces si que no queda más remedio que caer rendido, como tantas otras veces, y someterse a las caras sesiones de esa maestra particular…lo que cuesta vale…habrá de resignarse en su interior y… claudica una vez más.
La experiencia casi profesional de aquella maestra singular pone un tope que se habrá de respetar: una hora “de clase”… ¡y a descansar!
¡Qué dicha aquella de contar con una maestra que te instruya con tiernas clases, con cadencias que carguen una mezcla de yoga y de afro, para desentumecer contracturas, esas que nacen con el impulso de la actividad febril!
“Nuestro amor es así y al hacerlo tu y yo todo es más bonito y en él se nos da todo eso que está y lo que no se ha escrito. Cuando nos abrazamos tantas cosas sentimos, no hace falta ni hablar, un encuentro perfecto entre el tuyo y mi pecho nuestra ropa no va. Nuestro amor es así Para ti para mí, como una receta; nuestras curvas se hallan, nuestras formas entallan en medida perfecta. Este amor de los dos es locura que trae este sueño de paz, bonito por demás y cuando nos besamos al amar olvidamos la vida allá afuera. Cada parte de ti tiene forma ideal y si estás junto a mí…coincidencia total; de cóncavo y convexo así es nuestro amor en el sexo”. (“Cóncavo y Convexo”. Andrés Calamaro)