LLEGÓ LA HORA DE HACERLE CASO???
Lo ocurrido en Japón viene a revivir el reclamo de los partidos verdes en el mundo sobre el verdadero sentido del progreso universal, sobre la evaluación del avance tecnológico en relación a la vida, sobre el debe y el haber de toda innovación, sobre los alcances de una tecnología de punta que no tiene o no se da el tiempo necesario para contemplar al ser humano como eje central de toda proyección tecnológica.
¡La Pachamama se reveló!!!
Es que la cultura quechua y aymará nos dejó en su paso milenario enseñanza que desoímos sin razón y que no respetamos; en esta cultura, por ejemplo, los incas eran guardianes de las entrañas de la montaña donde sus tesoros eran respetados a ultranza. La madre tierra era una deidad venerada. La mitología incaica recuerda como Verdad Sagrada que el Dios del Cielo, Pachacamac, fue el esposo de la Tierra: Pachamama, con quién engendró dos hijos gemelos, mujer y varón, a los que llamaron Wilcas. Pachacamac murió ahogado en el mar y se encantó en una isla; la Diosa Pachamama, sufrió con ambos hijos muchas penurias, fue devorada por Warón, el genio maligno que luego, engañado por los mellizos, murió despeñado; su muerte fue seguida de un espantoso terremoto…
Mitología a un lado, lo cierto es que el hombre está atentando contra el hombre. No se detiene en experimentar aún a riesgo de su propia vida. Se juega con la energía atómica sin respetar ni dimensionar al propio hombre como eje central de todo progreso y avance tecnológico.
Aquí la más cruda experiencia. Japón puso a toda la humanidad en estado de alerta. Más bien puso en su lugar las cosas tal cual son. Desnudó a un costo demasiado alto la peligrosidad de la manipulación de la energía nuclear. Puso una luz anaranjada intensa en el horizonte de los países desarrollados que no se detienen en experimentar ni evaluar los peligros que implica esta manipulación.
Pero también la humanidad toda marcha hacia su propia inmolación; no hará falta que llegue el apocalipsis bíblico, ya que somos nosotros mismos los que estamos destruyendo nuestro propio hábitat.
La energía nuclear, las grandes represas, la deforestación, la contaminación ambiental, la irradiación de ondas electromagnéticas, la explotación desmedida de la minería, los agroquímicos, la manipulación de la genética, la inoculación de las semillas, la clonación, todo ello es una ecuación que suma y suma en una fórmula polinómica que todavía no contempla las variables que restan o dividen, cuya sumatoria, hoy por hoy, nos hace correr el riesgo que nos de un final acelerado como resultante.
Por ahora:
¡LA PACHAMAMA YA SE ENOJÓ!!!
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