LA ESQUINA DE SAN MARTÍN Y FRIULI SIGUE IGUAL
Mientras el intendente nos habla de agua potable de río, de agua saludable como que si la que consumimos fuera venenosa, otras acuciantes situaciones en la vía pública claman por una solución.
En la esquina de la comisaría local el olor a kk es insoportable; torpedos y submarinos flotan alegremente entre el fango grasoso de los desagües domiciliarios y el tránsito vehicular hace ingeniosas maniobras para eludirlos.
Bottegal está verde de olor y los usuarios del cajero automático del BERSA concurren equipados con respiradores, barbijos, mascarillas y hasta escafandras.
El intendente mientras tanto se las ingenia para inventar algo que atraiga la atención de los ciudadanos para imponer a su nene con un nepotismo criollo que provoca vergüenza ajena.
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