LAS CASAS DEL IAPV SON INUNDABLES
En una muestra cabal de la falta de previsibilidad y de un programa técnico adecuado, las casas que el IAPV construyó en el sector donde funcionó la fábrica de ladrillos municipal se han transformado en un castigo para sus ocupantes.
Llegaron allí ante la necesidad contar con una vivienda digna, a la que pudieron acceder pagando un cuota mensual accesible. Parecía que el sueño era una realidad y la alegría de recibir la llave de la casa propia fue la culminación de un largo peregrinar.
Las nuevas viviendas conllevaron la necesidad de empeñarse en muebles nuevos, en artefactos acordes a la casita que fue pintada con esmero para lucirla y ofrecerla a familiares y amigos. Todo parecía el final de un cuenta de hadas…hasta que vinieron las primeras grandes lluvias.
Entonces comenzó a derrumbarse la ilusión. Primero se conoció la voz oficial del municipio que tuvo como argumento el manifestar que la creciente había sido la más grande de la historia, y otras agachadas que no merecen ser apuntadas. Mentiras!!!
Pero como la mentira tiene patas cortas y la naturaleza tiene sus cosas imprevistas, las lluvias sucesivas se encargaron de poner al descubierto la farsa de las autoridades municipales. Entonces le echaron la culpa al arroyo y a “las deudas que nos dejaron” entre otras charlatanerías.
Desde el IAPV dijeron que todo estaba calculado por experimentados ingenieros y arquitectos, etc, etc. Pero algunos adjudicatarios no se cruzaron de brazos y comenzaron a exigir una solución a lo que se prevé que será un alerta permanente cada vez que caiga una lluvia de más de 80 mm. Los quisieron conformar con un subsidio para reponer las cosas que se les arruinaron pero eso no alcanzó.
Fue entonces cuando algunos funcionarios provinciales del Instituto de la Vivienda comenzaron a poner blanco sobre oscuro y se sinceraron. Resultó ser que cuando se estudió la posibilidad de construir en ese sector de la planta urbana el estudio de factibilidad técnica contó con la firma del intendente Vásquez certificando que el terreno era apto para construir, pese a que todos sabemos que la única parte que sirve es el lado sur que da sobre la calle Crespo y donde se había comenzado a construir el Plan 005 hace muchos años.
La otra parte donde se construyó hacia el norte está en un pronunciado desnivel, que en principio se había presupuestado para que se rellenara, pero nada de ello ocurrió, aunque se facturó la invisible tarea que alguien cobró.
Las casas se construyeron a sabiendas del problema latente, la inundación de las mismas, porque todos saben por aquí cual es nivel que alcanza el arroyito cada vez que llueve mucho. Lo saben también los funcionarios municipales que son nativos de San Benito. Pero, como el cuento de “Obras Más Obras” estaba vigente le dieron pata adelante y ahí las consecuencias: habrá inundados para rato.
Los adjudicatarios tienen razón en exigir una solución estable y está en carpeta la posibilidad de acudir a la justicia ordinaria para que se declare la inhabitabilidad de esas casas y se les entregue una en una zona no inundable. Habrá que esperar, pero está latente un conflicto que significará otro gasto innecesario.
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