¡UBALDO PELLAGRINI OCUPARÁ UN SITIO BIEN MERECIDO!
LA COMUNIDAD SCOUT DE LA REGIÓN ESTUVO EN SAN BENITO
SE RINDIÓ UN EMOTIVO HOMENAJE
Hoy en el Campo Escuela y Sede del Grupo Scout de San Benito, Entre Ríos, se rindió homenaje a su fundador en el 60° Aniversario de la vida institucional, al servicio de la niñez y juventud no sólo de nuestra ciudad, sino de la zona; por el "grupo" pasamos muchísimas personas durante su existencia desde aquel lejano 24 de marzo de 1964.
Nació de una idea juvenil, propia de aquellas personas llenas de proyectos propositivos y sin mezquindades, sin intereses personales, sin ambiciones figurativas ni de títulos rimbombantes. El Negro encarnó aquel personaje lleno de entusiasmo para iniciar un camino incierto, pero lleno de la fe que imprimen los corazones nobles... ese fue el "Negro Pelarini"... como lo conocimos todos.
Fue un comienzo lleno de vicisitudes, con un grupo reducido de jóvenes intrépidos que no tenían ni la más mínima noción de lo que significaba el proyecto scout, que se fueron sumando muy de a poco, con las heridas que provocaban las lacerantes críticas, las inocultadas envidias que despertaban entre los que no hacían... ni dejaban hacer, que en San Benito... ¡Sobraban!
Ni hablar de la falta de recursos para organizar la logística necesaria, ya que no había fondos ni posibilidad de recaudación, salvo la venta de rifas, que costaba un montón ubicar entre familiares y amistades. Los elementos necesarios también se fueron colectando de los trastos viejos y en desuso entre las familias que comenzaban a simpatizar con el nuevo movimiento; así fueron llegando ollas, platos, cubiertos, jarros, etc. que se fueron integrando al patrimonio scout y... todo se reciclaba!
¡Qué delicia acordarse de aquellos tiempos, de los primeros paseos a pie a los campos de Scarafía en Sauce Medio, a la arboleda de Bizai y después la llegada de los primeros campamentos al Parque San Martín, a Hernandarias, a Bailina (costa del río Uruguay) y a otros tantos lugares.
Y para todo: El Negro ¡Siempre Listo! empujando del carro para avanzar, con tantas dificultades, pero con la fuerza juvenil del líder que no aflojaba un centímetro en su propósito de coronar el proyecto scout para nuestro ciudad.
Hoy, echando una mirada hacia atrás, no se puede olvidar tantas injusticias que se hicieron para neutralizarlo de alguna manera al Negro en su propósito de solidificar su institución señera y formativa para nuestros jóvenes y con la trapera mala intención de embarrarlo a cada paso por parte de personas que... ¡de no creerlo!... el 90% eran los de la misa dominguera que, al finalizar, era amenizada por la "Feria del Cuero Ajeno"...¡Vaya que se merece institucionalizar declarándola, por lo menos, de Interés Provincial!
No hace más de una década hubo de ser cómplice para coartar el avance de la institución scout de San Benito el propio párroco, un cura santafesino que deambula todavía por los remotos rincones de la patria, cura de "misal y olla" (como los calificaban antes) que mezclaba religión con un sectarismo oscurantista y que no encuentra sociego a su mala entraña en lugar alguno. Y así, la Curia se quedó con el edificio que construimos entre todos PARA LOS SCOUTS de San Benito... y lo digo con la autoridad que me otorga el haber sido el que pronunció las palabras previas a la colocación de la piedra fundamental hace muchos años atrás... allá por 1968/69.
Esta última patraña... ¡nunca desagraviada todavía!... fue un golpe tremendo para el Negro que, ¡para nada se achicó!... - ¡Quiero retruco - dijo - con un cuatro! y nació la nueva sede y campo escuela que hoy luce con orgullo, como diciéndoles a todos: ¡Gracias!
No fue lo único. Las trabas y los malos propósitos para perjudicarlo fueron incontables. Lo más notorio fue lo del Campo Escuela en el Parque San Martín de La Picada, que fuera por 1860 la estancia del Coronel Doroteo Salazar, Héroe de Caseros, hombre nativo del lugar, en aquel maravilloso bosque natural que fuera el camino hacia la Posta que estaba del otro lado del arroyo sobre lo que hoy es Colonia Nueva. Hubo una caprichosa y mal intencionada intervención de la descendencia de E. Berduc, con la excusa de que el campo había sido donado para la "educación", ¡como que si la función principal del escultismo no fuera eminentemente educativa!... el camino y la defensa fueron de nunca acabar, pero se impuso la relación con el poder en el ámbito de la justicia y... ¡un buen día hubo que levantar el campamento en el Parque Berduc con todo el esfuerzo que había costado construir sus instalaciones!
¡Y el Negro no se achicó!... Apretó los dientes y encaró nuevos desafíos, mirando para adelante, con fe, con espíritu de lucha y con un inmenso entusiasmo que nacía desde lo más profundo de su corazón.
Un buen día para él llegó el comienzo de la media tarde que avanzada inexorable hacia la noche. Como a todos nos habrá de ocurrir: fue la hora señalada. Y doy fe que el Negro percibió lo que ocurriría primero que nadie. Me lo dijo, cuando lo fui a invitar para continuar un trabajo que habíamos comenzado en el Archivo General de la Nación; ese día me dijo: - ¡No... ya no puedo... fue mi último viaje a Buenos Aires!
Poco después: ¡el desenlace!
Siempre estará el Negro presente entre nosotros y más bien digo: ESTÁ entre nosotros!!! lo percibo, lo percibí hoy al mediodía en su casa, en el Campo Escuela, ahí estaba entre nosotros, estaba en su dimensión, estaba mezclado con todos nosotros, estaba sonriente, estaba feliz al ver a su gran familia, estaba dentro del gran galpón entre su magnífica colección de gráficas de todos los tiempos, estaba en todas partes. Por eso no queda mas que decir: - ¡Salud Maestro!