Es preocupante la situación por la que viene atravesando el Club San Benito que goza de una inmovilidad majestuosa, una falta de actividad pasmosa que no encuentra siquiera motivos para mejorar en la buena campaña que los futbolistas están haciendo en el torneo unificado de la L.P.F.
Esta situación es un status quo adquirido desde la gestión de Mario Migueles, cuya actuación fue lamentable por su inacción y por el estado al que llevó a la casi centenaria institución deportiva y social. Precisamente en el plano social fue aquella gestión la encargada de cavar la tumba de todo adelanto cuando transformó al club en un garito especializado en el “Juego de Nueve”, entre otras perlitas de las noches que amenizaban varios travestis que tenían y tienen su micro empresa en la zona del Parque Industrial de Paraná.
Todos pensaron que en la nueva Comisión Directiva que se organizó hace dos largos años estaba el cambio de rumbo y la posibilidad de mejorar sustancialmente. Sin embargo, nada de ello ocurrió.
Pasaron los años y las cosas siguen tan inertes como siempre. La falta de acción es absoluta, a no ser por el esfuerzo que hacen los jugadores del club que por amor a la institución dejan todo en la cancha para afirmar el prestigio del fútbol sanbenitense conquistado allá por la década del cincuenta del siglo pasado. También merece un párrafo la actividad que llevan por su cuenta las representantes femeninas en el torneo de “Mami Voley” organizado de Paraná, donde cumplen una decorosa participación, sustentada en su propio esfuerzo, físico y económico.
Después de estas dos excepciones: Nada. Absolutamente nada. Nadie se explica, por ejemplo, adonde va a parar la recaudación de los partidos que, como se aprecia en todos los encuentros, es muy buena, al punto que se dice que es uno de los clubes que promedia mayor recaudación en la L.P.F.
Lo más curioso es lo que ocurre cuando se habla con los actuales dirigentes. Por un lado, no tiene dinero para encarar nada a favor del club. Nada por aquí, nada por allá, es la constante. Por otro lado esta Comisión Directiva ha echado por tierras todos los antecedentes en la materia, ya que se da el lujo de no cobrar la cuota societaria nada menos que desde octubre de 2008. Una cuenta rápida sobre 180 socios significa que se ha privado en ese tiempo del ingreso de la bonita de $ 10.000 (diez mil pesos). Sí, diez mil pesos han dejado de ingresar a nuestro club por decisión de la actual Comisión Directiva.
¿Quién puede explicar este fenómeno único en materia de instituciones? Cuando otros se rompen la cabeza por encontrar soluciones para tener mayores ingresos, aquí se dan el lujo de no cobrar siquiera la cuota societaria.
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