lunes, 7 de agosto de 2017

RECUERDO DE TIEMPOS IDOS

INSTITUTO LA SALLE
Hipólito Irigoyen 2559, Florida, Buenos Aires.
Es domingo y no está en actividad el enjambre inquieto del estudiantado de nivel secundario. El régimen de internos parece que ya no existe. La misa transcurre en su señorial capilla interior con un discreto concurso de fieles. Hay silencio también en el vecino Colegio San José.
 A él también le hizo mella el tránsito por los campos enzarzados del tiempo… lo dice sin ocultar esta realidad el aspecto lúgubre de sus paredes y ventanales…  Segundo piso, tercera ventana al sur desde la derecha… ¡sueños, ilusiones, reproches, miradas furtivas hacia efímeras libertades que, al fin de cuentas, nunca fueron porque quedaron cautivas de la propia vida...!
Entré a sus claustros internos por la década del sesenta, esperanzado en saber, para tropezar años después con la idiosincrasia especial de Buenos Aires a la que nunca pude adaptarme; faltaba poco para ser maestro normal nacional  con dieciséis años.
Sin embargo quise volver para echarle una mirada - al paso - porque soy agradecido a la vida que me dio la oportunidad de aprender tantas cosas en sus aulas, en su biblioteca, en su campo de deportes…
 Fue un breve y agradable recreo volver a ver al viejo Instituto, mix de nostalgias y de alegrías que afloran todas juntas por un instante...
Pero todo dura poco… a la vorágine indiscreta y vertiginosa de la Panamericana poco le importaba y me trajo a la realidad en un abrir y cerrar de ojos.  
... ¡Mejor así!

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