Tribuna
de Opinión
Por ANÍBAL GONZÁLEZ COMAS
URRIBARRI
– DESDE AQUEL CHOFER SUYO EN PODER DE VARIOS KILOS DE COCAÍNA – VIENE ‘EN
PICADA’
La
falta de asesores y de marquetineros de renombre nuestro gobernador ya viene
rozando lo payasesco en su desesperación por provocar al grueso de los votantes
argentinos alguna simpatía – al menos – aunque sepan que nunca se arriesgarían
a votarlo como sucesor de la reina Cristina.
Desde
la fracasada inversión para estar de ‘figuretti’ en la reunión de presidentes realizada
en Paraná a la payasada de instalarse en las playas bonaerenses con inflables
que lo promocionan de forma grosera por sobre intereses de la producción entrerriana
hay de por medio otros tantos entuertos que lo ponen en ridículo ante la
opinión pública.
La
inversión en las playas no se condice con la inmensa cantidad de servidores
públicos a los que postergó injustamente con sus salarios, con un cronograma de
pago extendido casi a febrero, cuando hay leyes que específicamente ponen como
límite los días 5 de cada mes. Los empleados públicos superan los 70.000
agentes, quienes con sus respectivas familias, han tomado debida nota de la
burla que ha sido negar dinero para pagar sueldos y por otro lado invertir en
su propia campaña ilusa gastando dinero provincial. Con este sólo error pone en
riesgo 200.00 votos que giran alrededor de los servidores públicos.
Pero
no fue sólo esto, sino que – en prevención por posibles desmanes en tiempo de
fiestas – puso en el bolsillo de la policía entrerriana dos mil pesos para cada
uno, negando ese dinero a los demás empleados.
Las
‘festicholas’ de su hijo en la zona costera del Uruguay son de público conocimiento,
incluso se lo mencionó como partícipe de una fiesta ‘narco’ en Villa Mabel de
Paraná.
La
exposición del soñador entrerriano es demasiado bruta para cautivar adhesiones,
lo que se plasma en los guarismos de la generalidad de las encuestas que lo
colocan en el 1% a siete meses de las P.A.S.O., muy poco tiempo de descuento
para poder remontar.
La
anunciada preferencia de Cristina por designarlo como sucesor no llegó con la costosa
venida de presidentes de la región, ni como el regalo de Navidad ni como el de
Reyes. En ese nivel no despierta confianza desde su karma que llevará de por vida:
la traición a Jorge Busti, puede tentarlo como “reincidente” y por ello lo
observan con natural recelo a la hora de confiarle nada menos que el poder
kirchenerista.
La
ambulancia que recoge adherentes anunciada por el viejo Vásquez Pá de San
Benito no funcionó y – por el contrario – ya es pública la visita de varios
intendentes oficialistas al ‘manco’
Scioli, quienes están pensando en el “Plan B” antes que les sea tarde.
Urribarri
viene “cuesta abajo en la rodada” y arrastra a otros tantos politiqueros chupamedias
a los que el horizonte político se les achica.
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