domingo, 22 de febrero de 2015

LA HISTORIA SIEMPRE VUELVE A REPETIRSE

EL CRIMEN COMO MEDIO PARA ACALLAR A LA POLÍTICA OPOSITORA!!!

DE LISANDRO DE LA TORRE A ALBERTO NISMAN.


DE LA TORRE Y BORDABEHERE
Hay que retroceder ochenta años en la vida de la república para encontrarse con un antecedente tan trágico como el del fiscal Natalio Alberto Nisman ocurrido el 18 de enero pasado, hecho infame que involucra de lleno al poder político nacional.
En década infame de los años treinta del siglo pasado el régimen corrupto, represivo y fraudulento instaurado por el golpista general Uriburu y continuado por el general Agustín P. Justo, generó miseria, desocupación, el ninguneo del pueblo y el público “fraude público” como llamaron a esta práctica electoral los dueños del poder argumentando que hacían trampas en las elecciones para salvar a la patria de la “chusma radical y socialista”.
El movimiento obrero combativo en ese tiempo comenzaba a recuperarse y a luchar contra el modelo económico y social vigente y entre las personalidades políticas de la oposición sobresalía notoriamente el senador santafesino por el Partido Demócrata Progresista de la vecina provincia don Lisandro de la Torre, quien hizo públicos los escabrosos negociados del gobierno de Justo.
Si hoy el detonante es el acuerdo con Irán firmado con un manifiesto encubrimiento de criminales intenciones, en el ’30 fue el Pacto Roca Runciman firmado el 1º de mayo de 1933 por el vicepresidente argentino Julio Roca (h) por el que se aceptaron concesiones lindantes con la deshonra, comunicada de forma mentirosa por el gobierno aduciendo no tener otra alternativa más que someterse a los designios del corsarios ingleses. Evidentemente era un ‘pacto de coloniaje’ como lo llamó Jauretche.
Antes había ocurrido una sensible baja en la cuota de exportación de carne argentina a partir del Pacto de Otawa por el cual se privilegiaba la compra de carne a las colonias y ex colonias inglesas.
El 8 de septiembre de 1934, De la Torre sostenía en el parlamento: “el ministro argentino, señor Duhau, parece el ministro de algunos de los dominios británicos. El ministro de Agricultura sabe perfectamente que los frigoríficos constituyen un monopolio escandaloso; el ministro de Agricultura sabe perfectamente que realizan ganancias ilícitas; el ministro de Agricultura sabe mejor que yo que se quedan con la mitad de los cambios. Esta es obra del monopolio…; pero nunca se ha visto un gobierno como el actual y sobre todo un ministro de Agricultura como el actual, entregado desembozadamente a la tarea de impedir que comience, aunque sea débilmente, la exportación cooperativa. Incumplimiento de leyes; suspensión del cobro de multas; falta de fiscalización en el pago de impuestos, regalo de un 25 por ciento de divisas; tolerancia del apoderamiento de los beneficios en el cambio; ocultación de los bajos precios de compra de los novillos mediante la publicación de estadísticas inexactas; ignorancia igualmente oficial de los precios de venta; persecución a las compañías frigoríficas argentinas; regalo de la cuota del 11 por ciento durante dos años a los frigoríficos del pool extranjero; aceptación de que los argentinos sean inhibidos, que Inglaterra sea dueña de mantener un monopolio sobre la exportación del 85 por ciento de la carne argentina, eligiendo ella los importadores, condición deprimente esta última que no se ha atrevido a imponer ni a sus propios dominios”
De la Torre denunció el acuerdo en el Senado por escandaloso y fue poniendo en jaque a aquel gobierno antipopular surgido del fraude. “El gobierno inglés le dice al gobierno argentino: no le permito que fomente la organización de compañías que le hagan competencia a los frigoríficos extranjeros. En esas condiciones no podría decirse que la Argentina se haya convertido en un dominio británico, porque Inglaterra no se toma la libertad de imponer a los dominios británicos semejantes humillaciones. Los dominios británicos tienen cada uno su cuota de importación de carnes y la administran ellos. La Argentina es la que no podrá administrar su cuota. No sé si después de esto podremos seguir diciendo: ‘al gran pueblo argentino salud’”.
Asesinato e impunidad en el Senado de la Nación
Mientras tanto Lisandro de la Torre seguía con su prédica desde el Senado: “se dice que estoy solo. Eso puede ser cierto; estoy solo frente a una coalición formidable de intereses; estoy solo frente a empresas capitalistas que se cuentan entre las más poderosas de la tierra; estoy solo frente a un gobierno cuya mediocridad, en presencia del problema ganadero, asombra y entristece; y así, solo, me batiré en defensa de una industria argentina esquilmada e inerme, como me batí hace diez años en defensa de la industria de la yerba mate, que dos ministros poderosos habían condenado a morir, y como me batí hace dos años por la modesta industria del tomate que apenas empezaba a desarrollarse en las regiones más dignas de fomento”.
El debate fue subiendo de tono y la cara de los ministros imputados iba virando del color rojo al verde según las palabras de De la Torre. El primer incidente se produjo en la sesión del 21 de julio, cuando Duhau amenazó a Lisandro a los gritos: “¡Ya pagará todo esto el señor senador punto por punto!... ¡Ya pagará bien caro todas las afirmaciones que ha hecho!”.
Dos días después, en la sesión del 23 de julio se desencadenaría la tragedia. De la Torre seguía aportando pruebas contra los ministros Duhau y Pinedo y llamó mentiroso al primero a partir de entonces. Se suscitó una acalorada discusión entre los ministros de gobierno y el senador santafesino. Lisandro no escuchaba bien las palabras de su agresor, abandonó su banca y se acercó a Pinedo y a Duhau. Según el diario La Prensa, en un momento de su alocución Lisandro quedó “inclinado el busto y parado entre ambos pupitres, a muy corta distancia del ministro de Hacienda, a espaldas de él”. Fue entonces cuando Duhau empujó a De la Torre por la espalda y lo tiró al piso. En su huida apresurada, tropezó con un escalón y cayó también él. En esos momentos de confusión alguien disparó sobre Lisandro, pero hirió de muerte al senador santafecino Enzo Bordabehere, quien al advertir la maniobra se interpuso entre el agresor y don Lisandro.
El agresor comenzó a correr por los laberínticos pasillos del Congreso y entró a la sala de taquígrafos, donde pudo ser detenido por el agente Cofone. Tras la detención, Cofone y el subcomisario Florio le quitaron el revólver calibre 32 marca Tanque con cuatro balas servidas y dos sin usar. […] La policía pudo establecer que se llamaba Ramón Valdez Cora, de cuarenta y dos años, ex comisario torturador de Vicente López, con múltiples procesos por estafas, falsificación de documentos y extorsiones a prostitutas. La ficha decía que era afiliado al Partido Demócrata (o sea conservador) y hombre de confianza del señor ministro de Agricultura Luis Duhau.
En su declaración ante el juez Miguel Jantus, Valdez Cora confesó ser el autor material del asesinato de Enzo Bordabehere y que obró por impulso propio en un momento de ofuscación, en defensa de amigos políticos. Fue condenado a veinte años de prisión, pero quedó en libertad en 1953 por “buena conducta”. Los instigadores y responsables directos del crimen, como correspondía a gente “bien” de su “alcurnia y prestigio”, gozarían de la más absoluta impunidad.
Un Lisandro profundamente dolido anuncia el final del debate de las carnes: “Sería absurdo pensar que el debate sobre la investigación del comercio de carnes pudiera seguir con mi intervención, mientras subsistan en mi espíritu las dudas que mantengo acerca de que se trajo a este recinto un guardaespaldas, extraído de los bajos fondos, para gravitar sobre el resultado. Los indicios que existen son tan vehementes, que no me es posible prescindir de ellos. Si lo hiciera, faltaría al respeto y al afecto que debo a la memoria del doctor Bordabehere, y autorizaría a cualquiera a poner en duda la sinceridad de mi indignación… El primero en lamentar que mi contrarréplica, que por otra parte estaba muy avanzada, quede inconclusa, soy yo; pero tengo la tranquilidad de haber producido tales pruebas y haber hecho tales demostraciones, que no necesito más para afirmar en la conciencia pública la razón de todo lo que he sostenido en este debate”.

Una hora después los senadores volverán a reunirse en recinto y le tributarán la despedida al hombre de 44 años que había nacido en Montevideo en 1889, se había educado en Rosario y consideraba a Lisandro de la Torre como su maestro político. Como contrapartida, o como dato sugestivo, esa misma noche el presidente Agustín Justo asistirá a una función de gala en el Teatro Colón acompañado por su esposa. El miércoles 24 de julio en la estación de trenes de Retiro se realizará un acto público para despedir al senador muerto, previo al traslado de sus restos a Rosario. Allí usaron de la palabra Lisandro de la Torre y Alfredo Palacios. Se habló del asesinato de un legislador y de la presencia del hampa en una de las máximas instituciones de la República. El público se enardeció y menudearon los insultos a los conservadores. Alguien propuso salir a la calle a protestar y la policía disolvió la manifestación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario