NO SE PUEDE ATACAR A UNA PERSONA POR EL HECHO DE SER TESTIGO EN LA JUSTICIA PENAL
La demonización de un ciudadano por el hecho de ser testigo en un juicio en el que se ventiló uno de los casos más resonantes y lapidarios de la historia eclesiástica de la región de Paraná no se compadece con los principios que han inculcado los clérigos desde tiempos remotos, mucho menos se puede echar un manto de sospecha sobre el mismo.Sin embargo eso ha sucedido en nuestros pagos, incluso se han firmado notas repudiando su 'supuesta actitud sospechosa' por haber sido testigo de parte en el caso del cura Ilarraz.
Desde SAN BENITO AHORA opinamos, con el peso de los años y la experiencia que dan los mismos, que dicho cuestionamiento es totalmente injusto y que viola derechos elementales. No estamos de acuerdo con esa actitud.
... ¡Allá los pacatos y nariz parada!!!
Hurgando en nuestra historia local tenemos algunos casos paradigmáticos que se dieron en el tiempo. Seguramente el más resonante fue el ocurrido por febrero de 1898. La prensa de Paraná tomó el caso durante algunos días y en uno de los sueltos comentaba:
"EL CURA DE SAN BENITO. Se agita la idea entre varios e importantes miembros de la colonia italiana de entablar formal reclamación contra este “buen ministro de la iglesia católica” por la acción infame que ha cometido contra un menor y de la que dimos cuenta en nuestro número de ayer.
El cura de
San Benito según rumores que nos llegan parece haber escapado a la acción de la
justicia y en la creencia de algunos otros encuéntrase refugiado en el
seminario de esta capital.
Aplaudimos la iniciativa de los miembros de
la colonia italiana en las gestiones que proyecta, así como también nos
llenaría de satisfacción ver que las autoridades de la Iglesia prestasen su
contingente para dar con el referido cura y poder someterlo a la acción de la
justicia criminal". (Martes 15/02/1898. "La Libertad" de Paraná. Archivo G. de E. Ríos)
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