miércoles, 6 de febrero de 2019

¡SAN BENITO YA TIENE CURA!!!

EL PBRO. MARIO TABORDA ES EL NUEVO PÁRROCO
Tal como lo habíamos anunciado hace más de un mes, hubo un cambio de párroco en nuestra ciudad, luego de la decisión del Arzobispo de Paraná de proceder al traslado del cura Zanuttini a la parroquia San Cipriano de la ciudad de Diamante.
En realidad, en nuestro anterior suelto de comienzos de enero no quisimos profundizar respecto a la motivación que animó al párroco anterior para presentar "su renuncia" por razones personales (no relacionadas con su salud) debido a que su traslado estaba en un momento de transición y no era prudente interferir en cuestiones del clero católico.
Sin embargo hoy, cumplidos los pasos de rigor para estos casos, podemos afirmar que se ha resuelto la incómoda situación que originó la renuncia del cura Zanuttini y la llegada del Pbro. Mario Taborda viene a introducir los movimientos internos necesarios para originar cambios que redunden en beneficio de la grey católica, que se debate entre cumplir con sus convicciones religiosas y tolerar los excesos que se han producido en los últimos años desde de los pastores que se han aprovechado en muchísimos ocasiones de sus rebaños indefensos.
Zanuttini renunció por las intensas presiones internas, principalmente del sector escolar privado. Eso está absolutamente claro. Había quienes querían ser más papistas que el Papa...y un buen día el vaso de la paciencia rebalsó...
No es momento, tal vez, de detenerse en el pasado, pero si es bueno tener en cuenta que el nuevo párroco tendrá que 'sacar a bailar a la más fea' en esta ocasión y, además, deberá oficiar de cirujano haciendo cortes sistemáticos en la telaraña interna si quiere salir airoso en su gestión pastoral.
Sabemos que sus antecedentes indican que podrá hacerlo.

Ya vimos el domingo pasado que el entorno deberá ser cortado de cuajo, barajando y dando de nuevo,  parafraseando con los juegos de naipes, ya que los herederos y las herederas de la salvación estaban en primera fila, junto con los que ya ven cercano el negocio de los festivales, el manejo de fondos de la 'privada', etc. 
Ni hablar de lo que les habrá de tocar a los que siempre han gestionado indulgencias plenarias para redimir sus pecados - poco más que leves - a cambio de deliciosos chorizos, salames, quesos, y demás chacinados, repartidos entre curas, obispos y allegados.

Lindo - aunque arduo en sus comienzos - será el trabajo pastoral que le espera al padre Mario Taborda, cura que tiene la impronta 'bottegalera' y que con su guitarra afinada podrá neutralizar a los guitarreros y verseros que pulularon hasta ahora en usufructo de la salvación celestial y - sobre todo - de la terrenal.

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