EL JUSTICIALISMO ESTÁ DE INTERNAS EN ENTRE RÍOS

¿PARA QUÉ?...

Cientos de afiliados suspendidos penaban ayer por oficializar candidaturas.

Nuestro conocido Dr. Cabrera (que fue socio en las andanzas del otrora intendente Dionisio Acosta) se hizo bien el “bolú” y no recibió listas opositoras.

¡Viva la democracia entrerriana, carajo!

ANIBAL VERGARA
Uno de los "suspendidos".

Un ejemplo palpable de la degradada democracia que tenemos en vigencia se ha dado esta semana con los dimes y diretes del justicialismo entrerriano, más bien: del krichnerismo cristinista de Entre Ríos, al cerrarle las puertas en las narices a quienes pretendían presentar sus candidaturas para ocupar cargos partidarios.

So pretexto de estar “suspendidos” por el Congreso Partidario reunido oportunamente no pudieron ejercer sus derechos.

Ahora bien, la suspensión mencionada se consideró firme (en el plano legal) sin que los supuestos suspendidos siquiera fueran notificados, mucho de que pudieran ejercer el derecho a defensa. Esto es elemental si se quiere prosperar en el ámbito de la justicia. Pero el apoderado legal Cabrera hizo caso omiso a todo esto y se salió con la suya coartando el derecho de cientos de justicialistas. No hace falta mucho para darse cuenta que detrás de todo esto están Urribarri y Cáceres.

La discusión puede terminar en sede judicial.

Hoy a aquellos justicialistas que fueron en otras boletas en las pasadas elecciones los suspenden y, seguramente, muchos oficialistas estarán con ganas de gestionar expulsiones para satisfacer supuestas “demandas de las bases”.

No hace falta ser profeta para afirmar que más temprano que tarde estos mismos (hoy) “oficialistas” estarán haciendo lo imposible para que rápidamente se reintegren a la actividad partidaria.

Hay que esperar solamente que Scioli en Buenos Aires le de el portazo al kirchnerismo,  que aumente la presión sindical con Moyano a la cabeza,  que Obeid rompa filas en Santa Fe, que el macrismo consolide un frente común con el peronismo disidente, entre otros tantos desafíos que se vienen, para que cambien abruptamente de parecer.

Todo ello porque se pueden perder muchas cosas menores …¡pero nunca las manijas del cajón!!!