HAY
PATRULLAJE POLICIAL PERO NO ALCANZA
En
nuestra ciudad los robos no se detienen. La acción de la delincuencia encuentra
en San Benito el terreno propicio para sus andanzas ya que la idiosincrasia de
los vecinos permite la impunidad. Es
así. Los sanbenitenses somos muy confiados y nos creemos que estamos todavía en
la década del ochenta cuan do dormíamos con la puerta del frente de casa
abierta y nunca pasaba nada.
Los
robos domiciliarios son moneda corriente como lo ocurrido estos días en calle
Margazín, entre Ramírez y Rivadavia, donde quisieron robar la rueda auxiliar de
un camión y – afortunadamente – descubrieron a tiempo el intento, o lo que pasó
por calle Dr. Gotte y Sarmiento, en la zona de Ruta N° 18, donde a tiempo
descubrieron que los cacos estaban robando una hormigonera y otras herramientas
y vecinos del lugar evitaron el robo, mientras los ladrones huían hacia la
oscuridad.
¿Y
la policía qué hace?... hace lo que puede con los elementos que tiene.
No
se puede pretender contar con vigilancia en cada esquina, pero sí - volvemos a reiterar – la utilización de
cámaras de video para seguridad en la vía pública se impone como una medida
perentoria, con ocho y diez cámaras ubicadas en los puntos estratégicos de
nuestra ciudad se mejoraría sustancialmente. Las calles que comunican con las
rutas (Marizza y Friuli) y Boulevard Basavilbaso son lugares claves para controlar.
Hace
dos años atrás los funcionarios municipales de turno negaban la posibilidad de
usar cámaras porque – decían - no sirven
para nada, pero los hechos demuestran que cada día se suman más municipios
argentinos que implementan sistemas de vigilancia preventiva a través de
cámaras de video.
Es
hora de que en la comuna local se pongan las pilas y se aboquen a dar solución
integral a esta situación, colocándose a la vanguardia de este tema tan
preocupante, ya que la excusa de que la seguridad es un ‘tema policial’ ya no alcanza;
todos los estamentos del estado son responsables de dar soluciones para esto
que ya se ha transformado en un flagelo.
