"EL
NONO JORGE MARIO" EN LA CHIQUITA...
Tribuna
de Opinión
por ANIBAL GONZÁLEZ COMAS
SAN
LORENZO Y LA CÁMPORA...
DEBILIDADES
MUNDANAS QUE
CONTRASTAN CON AQUELLO DE:
“DAD
AL CÉSAR LO QUE ES DEL CÉSAR...
Y
A DIOS LO QUE ES DE DIOS”...
En
horas nuestra señora presidenta Cristina será recibida en una audiencia -
sospechada de ser utilizada como ‘de campaña’ para hacer las tomas necesarias
que adornarán la propaganda estática del Frente para la Victoria - nada menos
que por el Papa Francisco en el Vaticano, en una actitud muy difícil de
interpretar.
Ocurre
que no es nueva esta operación para posicionarse en el primer plano para los
diarios del lunes que consumen aquellos de "la popular" que quieren
ver lo mejor de sus equipos de fútbol favoritos, entre otras cosas.
"La
Biblia y el calefón" de Enrique Santos Discépolo dejó de ser el simple
verso lunfardo del suburbio porteño de 1935 para colocarse en el pedestal de
las profecías para el futuro Siglo XXI:
"Igual que en la vidriera irrespetuosa de los
cambalaches se ha mezclado la vida y herida por un sable sin remaches ves llorar
la Biblia junto al calefón"...
Y
las explicaciones del caso arrecian, aportando un poco más de confusión; no
convence aquello de que es “un estado que está obligado a recibir al jefe de
otro estado”, ya que le podrían haber fijado la audiencia para el 26 de octubre
– por ejemplo: con el resultado electoral en la mano - … no convence porque
Cristina Fernández ha sido una manifiesta enemiga de la iglesia católica y
porque sus diarias expresiones rozan más bien con los dogmas y doctrinas de los
librepensadores masónicos plagados de ‘relato’, que de conceptos que se tiñan con un mínimo de espiritualidad, de humildad, de reconocimiento de los errores
cometidos.
Es
así que los pobladores del tortuoso valle de lágrimas mundanal estamos
observando perplejos este hecho que dejó de ser – por lo repetitivo – una trampita
piadosa, para transformarse en un acto programado, en una situación cuasi provocadora
para nuestras íntimas convicciones.
Nadie
dejará de ser creyente por esto, claro está, pero incita a comenzar a
desconfiar de esa estructura de contención religiosa que siempre termina de
cerrar el tiempo de la discusión y revisión interna, con la 'letra encíclica de
la infalibilidad'.
Hasta
hoy admiraba al papa ‘argentino’ preocupado por contribuir con la paz en el mundo
y por dar ejemplos que nos acerquen a Dios; hacia adelante lo tendré que
observar como un referente universal que entremezcla su representatividad
religiosa para influenciar en el debate interno del pueblo argentino que tendrá
que decidir ‘el color’ del calefón en las próximas elecciones.